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Farmacéutico. Profesor Titular en la UDO. Consultoría y Asesoramiento en planificación, organización y gerencia. Coaching. Políticas públicas. Estudios de especialidad, maestría y doctorado.

jueves, 18 de noviembre de 2010

!El pueblo, ha encendido el fósforo¡

Para alcanzar la primera semana del 2012, oportunidad en la que se realizara al acto de votaciones correspondiente a la próxima elección presidencial, restan prácticamente dos años y un cuarto. Unos veintisiete meses estos es, aproximadamente ciento dieciséis semanas u ochocientos doce días. Mucho menos de los casi once años, más exactamente ciento veintinueve meses, unas quinientas cincuenta y nueve semanas ó tres mil novecientos catorce días, que ahora acumula en el ejercicio de la jefatura del ejecutivo nacional, desde que se encargara en el primero de sus tres períodos de gobierno el 2 de febrero de 1999.

Tabla 1
Presidente: Hugo Chávez
Escenario temporal de su ejercicio presidencial entre 1999 y 2013


Años
Meses
Semanas
Días
Porcentajes
02/02/1999 al
10/01/2001
1
12
52
365
7,70
10/01/2001 al
10/01/2007
6
72
312
2184
46,20
10/01/2007 al
10/10/2010
3,75
45
195
1365
28,90
Sub total
acumulado
10,75
129
559
3914
82,80
10/10/2010 al
10/01/2013
2,25
27
116
812
17,30
Total

13
156
675
4726
100,00


En términos porcentuales, de acuerdo con los datos aportados en la tabla 1, eso significaría el 17,30 % de lo que habría de ser el lapso temporal durante el cual, el país hubiese estado bajo el mandato presidencial del actual inquilino del Palacio de Misia Jacinta. Lo importante entonces, es evaluar el posicionamiento actual del gobierno ante la realidad del país y sus verdaderas posibilidades de maniobra hasta aquella fecha.

En el plano político, es evidente que el posicionamiento presidencial había avanzado desde el establecimiento de una situación en la fue modificado el nombre de nuestro país bajo las normas de una nueva Constitución aprobada mediante referéndum en diciembre de1999, cuando era evidente la división de los poderes públicos hasta los tiempos actuales, caracterizados por la sumisión de los poderes legislativo, judicial, electoral y moral a los mandatos del poder ejecutivo. Esta situación, de haber existido a finales del año 1998, fue disuelta a lo largo del año 1999, durante el cual hubieron de convivir, el Congreso Nacional y la Asamblea Nacional Constituyente. Hoy, a nivel político existe una sola voz de mando. Sin embargo, desde ya, y muy particular y concretamente, a partir de enero próximo en 2011, experimenta una inflexión importante en el caso del legislativo donde el gobierno no dispone la mayoría calificada ni los tres quintos necesarios para la modificación orgánica del poder público o la habilitación presidencial para legislar por decreto, situaciones ambas, que prevalecieron entre 2006 y 2010.

El gobierno ha venido perdiendo legitimidad de desempeño y  por tanto arreando las banderas de la gobernabilidad política, sin que ello, dados los condicionamientos internacionales, implique posibilidad alguna de salidas extemporáneas en el cronograma de gobierno o, aventuras contra el basamento constitucional, con algún grado de éxito posible. Hasta ahora, las mayores violaciones a la Constitución provienen de parte de aquellos a quienes se les tiene asignada la tarea de velar por su cumplimiento.

En lo económico, el modelo rentista petrolero que ya daba muestras de agotamiento a finales del siglo pasado, transcurrido el primer decenio del siglo XXI, ha acentuado la dependencia venezolana del ingreso derivado de la exportación petrolera aunque se incrementen las cifras recaudatorias del SENIAT, en un contexto dominado por dos variables fundamentales: la globalización de la economía y los avances tecnológicos por un lado y, por otro, la perdida de cuotas de mercado con respecto a nuestro principal cliente, los Estados Unidos, quienes  por cierto, avizoran a Nigeria como uno de los posibles proveedores para suplantarnos, aunadas ambas a la situación en la que se encuentra la industria petrolera nacional, exigida como ha sido PDVSA a cumplir funciones que en nada se relacionan con el mercado petrolero mundial.

Además de este aspecto, existe otro igualmente trascendente desde el punto de vista de la satisfacción a las necesidades internas de autorrealización en el mundo del trabajo. La progresiva destrucción del aparato productivo privado en el afán de aniquilar la propiedad privada para dar vigencia al principio marxista de colocar los medios de producción en manos de un inexistente proletariado mediante el denominado “control obrero”, ha elevado las cuotas de importación en materia alimentaria, por cuanto este sector, al igual que los sectores vinculados a las actividades petroleras y de las empresas básicas de Guayana, incluida la electricidad así como el sector financiero, son las actividades donde la incidencia de expropiaciones y confiscaciones han visto sus mayores aplicaciones. Existe además un agravante para todos los sectores de la economía, no hay asignación oportuna de divisas, afectando la adecuación tecnológica y por tanto, generando desmejoras en la producción.

De esa manera, el gobierno, en cuanto al área alimentaria, se hace del control sobre la producción y distribución de alimentos, ganando con ello dividendos de orden político por vía del control en la asignación de cuotas de racionamiento que mas temprano que tarde se harán sentir de cara al futuro inmediato, no como una cuestión de naturaleza ideológica, ya que por el contrario, ello deriva de una dinámica política que aflora la progresiva inestabilidad de un gobierno, cuyo proyecto ha quedado ausente de cualquier orden de “vuelvan caras” y rectificación por cuanto han quemado las naves y superado la etapa técnica de la “procura política”. Se pierde  gobernabilidad económica en la “transición” de Capitalismo de Estado a Gobierno Capitalista, en el intento fallido de instaurar la economía comunista, todos con base en la renta de los hidrocarburos.

Lo social se encuentra fuertemente influido por la perorata polarizante que, mediante el discurso político intenta establecer muralla infranqueable entre clases sociales tildando de “pitiyanquis” y “oligarcas” a los sectores de clase media y clase media alta en contraposición a los “patriotas” que habitan el mundo de quienes no han sido suficientemente favorecidos por un despliegue de políticas que les abran oportunidades de sobreposición a su subsistencia, las cuales no solo fueron escasas en los últimos veinte años de la pasada centuria, sino que en lo que va de esta, si bien pudieran haberse visto ampliadas, se caracterizan por  haberse convertido en instrumento para el ejercicio del poder condigno a favor del gobierno y su presidente, a la vez que, no siendo una distribución basada en la rentabilidad y el ahorro económico derivada de la actividad del conjunto de las fuerzas productivas, depende del ingreso de la renta petrolera cuyos precios internacionales se fluctúan y se debilitan ante la necesidad de un cambio mundial en los patrones de su uso como fuente de energía, esto es, el mundo mira cada vez más, tendencia que se acentuará en el futuro, hacia la utilización de las denominadas energías limpias.

Adicionalmente a esto, cuestiones fundamentales en cuanto a la satisfacción de las necesidades básicas de la población como alimentación, educación, salud, vivienda y servicios públicos de calidad ven caer sus indicadores respecto a los que prevalecían al no más entrar la presente década. La inseguridad es el problema más importante en la agenda ciudadana. Paradójicamente, el sector donde el gobierno parecería realizar sus mayores esfuerzos, cual es en el ámbito de lo social, luce como el sector donde yace el núcleo de problemas cuya incapacidad para resolverlos, bate olas en una dinámica entrópica que ha de buscar equilibrio de alguna manera aunque con toda seguridad, en un estado de reposo diferente que esperamos y deseamos, sea alcanzado antes de que la gobernabilidad pueda perderse de manera definitiva en manos de los actuales jerarcas del gobierno y del “proceso”.

Finalmente y solo “por ahora”, la cuestión atinente a los valores, basamento ético – cultural cuya transformación es más que fundamental e importante para impulsar avances significativos en la instauración del Nuevo Estado Social Comunista, encuentra freno, no hay andamiaje suficiente que les sirva de soporte. Los valores de la democracia se encuentran sembrados de manera profunda en el pensar, sentir y hacer de venezolano. Los intangibles resultantes del último proceso electoral ponen de manifiesto que el convivir se abre camino ante la necesidad de integración más allá del barrio, en la centro de la ciudadela, en la plaza. El cansancio emocional derivado de los intentos de establecer confrontación dialéctica entre los diferentes estratos sociales, se agota en la encrucijada de problemas que no apuntan distingos en el tramado humano: La cola para todo , deviene en factor aglutinante en contrario.

Mientras el gobierno se ocupa de mantener su predominio político y el empeño por cambiar la mentalidad y forma de vida del venezolano, los problemas sociales y económicos que finalmente “muerden” a todos, lleva a preguntarse por el agotamiento del gobierno y sus posibilidades de subsistencia. Son tres períodos presidenciales, dos y medio de los anteriores. No hay esperanzas ni posibilidades de futuro, estas últimas pudieran ubicarse haciéndose cómplices del gobierno y del proceso, mediante la denuncia de vecinos y familiares no afectos a este. La cuestión esta en que, cuando asesinan un habitante del país, cada uno de ellos tiene dolientes o afectos en los diferentes estratos sociales que integran lo venezolano. No es diferente el dolor de una madre que pierde su hijo en las refriegas en Tocorón, que la de aquella, cuyo hijo asesinado, fue la causa que llevó el primero a la cárcel; es un escenario de descomposición social en el que un connotado integrante de lo más granado de la intelectualidad y el “profesionalismo” de libre ejercicio termina sus días cumpliendo pena por un crimen detestable, tanto en la hora de su ejecución como en la documentación precedente que aquel hacía de sus fechorías.

Venezuela vive hora menguada en su dinámica de crecimiento y desarrollo como corpus societal. El sol en levante amanece más temprano. El alba acorralada apura su última hora de luz natural y corre presurosa a encerrarse tras los barrotes de la jaula hasta el día siguiente. No se mide el daño humano escondido tras las guirnaldas del facilismo en aras de estadísticas doctorales carentes de contenido y praxis para cumplir la tarea. Se critica al capitalismo salvaje que subyuga y pervierte, mientras se subyuga y pervierte en nombre de una ideología que no deja oportunidad de escape. Sin embargo, el colectivo viene tomando conciencia, tanto que hace poco más de una semana decidió cobrar. Espero y espero hasta que llegó a la “bajadita” y cobró, paso factura y la seguirá pasando. Encendió el fósforo que al acercar la vela, incrementara la luz en el túnel. Es hora menguada, si, pero como escribiría Hemingway (1940), no preguntes por quien doblan las campanas, las campanas doblan por lo que fue una esperanza que se marcho. La revolución puede o pudiera tener sus días contados...  la revolución puede morir, la revolución ha muerto, Venezuela no¡.



Bismarck Ortiz Rondón

Ciudad Bolívar,  05 de octubre de 2010

martes, 16 de noviembre de 2010

Rectorales de la UDO y MUD

Rectorales de la UDO y MUD

Para quienes de plano y actuando a priori, pudieran rechazar la posición que asumo, debo apuntar, en primer lugar, que antes que académica, hacia lo externo de su conformación, la universidad es un ente político. Lo académico y administrativo es parte de su desempeño hacia lo interno de su funcionalidad organizativa, en lo atinente a su gestión en cuanto extensión, investigación y docencia a manos de su membresía. A quien lo ponga en duda, sugiero la lectura de los artículos primero al cuarto de la vigente Ley de Universidades.

Dicho esto y de momento, basare mi juicio y proposición en tan solo tres argumentos: La situación política del país, los resultados de electorales de la pasada semana en la UCV y el último informe del Ranking Web de Universidades en el Mundo, dado a la luz a mediados del mes de octubre pasado.

Si bien es cierto que la funcionalidad universitaria debe producir resultados cualquiera sea el sistema político imperante en la sociedad, llámese capitalismo, socialismo, comunismo o cualquiera de los otros “ismos” ideológico políticos, no lo es menos que, en cuanto organización del Estado al servicio de la sociedad, la universidad ha de mostrar resultados capaces de impactar lo niveles y calidad de vida de la población a la vez que rendir cuentas de manera oportuna y transparente.

En el plano  de lo universitario, es evidente que el gobierno actual, con un acento mayor que alguno de sus homólogos anteriores durante el período 1958 – 2010, pone empeño necesario, que no llega a ser suficiente, para alcanzar el control operativo del “sistema público y autónomo de universidades venezolanas”, cuya sumatoria actual en tanto seis unidades escolares de este nivel, alcanza poco más del 3,00 % y sin embargo, tiene asiento efectivo en algo así como el 50,00 % del territorio nacional, amén de capitalizar de manera amplia, la generación de actividades de verdadera extensión universitaria al igual que en los capos de la investigación y los programas conducentes a la formación de profesionales en el país, en los niveles de pre y postgrado.

Ello traduce que las universidades autónomas, viven en ciernes, con una Espada de Damocles que las hace las organizaciones del Estado con mayor vigilancia, control y freno, a su accionar como entidades moldeadoras, no solo del know how profesional y técnico sino también de aquel cuya orientación es “to  politicals, economics and social changes into the country,” respecto el aliento sostenible a la incorporación de la juventud dirigente en las tareas de dirección y construcción del país. Por tanto, entidades de accionar peligroso en el contexto referencial de la infraestructura del poder nacional. Por tanto las universidades autónomas son inconvenientes al gobierno.

Y mire que o son. Los resultados electorales producidos a nivel de representación estudiantil en la Universidad Central de Venezuela, donde el sector oficialista no llego al 1,00 % de la votación alcanzada por las planchas de oposición, se corresponde con el mensaje que bulle desde todos los sectores de la población y que bien se hizo notar en el pasado proceso electoral nacional del 26S, en el que la oposición no solo logro hacerse de una importante cuota de diputados sino que, estos diputados, constituidos en comisiones, ya han ofrecido al país una visión de lo que acontece y haca donde va el ejercicio del gobierno, tomando como base para ello el proyecto de Ley de Presupuesto que habrá de ser ejecutado durante el ejercicio fiscal correspondiente el próximo año 201l cual es, a todas luces engañoso.  Para decirlo en otros términos,  existe correlación positiva entre el resultado de los eventos electorales del país y los que están ocurriendo en las universidades autónomas.

Ahora bien, esta situación, que permite dibujar un escenario altamente favorable a estas universidades, queda afectado cuando el modelo de comportamiento interno de alguna de ellas no alcanza resultados efectivos desde la perspectiva de sus logros. Si se analiza el Ranking Web de la Universidades en el Mundo, y se centra la atención en el caso venezolano, se aprecia que de las seis universidades autónomas venezolanas, cuatro, estas son: Universidad de Los Andes; Universidad Central de Venezuela; Universidad Simón Bolívar y Universidad de Carabobo, ocupan los primeros cuatro posicionamientos en el Ranking Nacional y con la Universidad del Zulia en sexta posición, se concluye que de los seis primeros posicionamientos, las universidades autónomas ocupan cinco puestos. Es de hacer notar que en este segmento aparece la Universidad de Los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora ocupando la quinta posición, mientras la Universidad de Oriente es reportada en el treceavo lugar de un total de veinticinco, donde la Universidad Santa maría aparece en esa última posición.

La cuestión de interés para mí en este caso es, que ha ocurrido para que la UDO aparezca en esa posición, desmejorando el posicionamiento que detentaba hace apenas unos pocos años. No me aventurare a realizar elucubraciones sin base cierta de sustentación, una tarea a que desde ya dedico tiempo para hacernos de una opinión basada en hechos y evidencias más que en suposiciones. Sin embargo, esta es una situación que convoca las voluntades políticas de la región sur oriental e insular para ocuparse de este asunto, particularmente de cara a la necesidad de recuperar posiciones en favor de la región donde esta se encuentra asentada, y para el mejor beneficio de sus habitantes.

Es evidente que la unidad de visión y esfuerzos nos convoca. Desde lo interno, para evaluar y revisar a profundidad el modelo operativo que le sirve de base, una cuestión que fue asomada como necesaria en las convocatorias por la transformación universitaria acordada durante la gestión del Dr. Mago como Rector y que no ha sido aun puesta en marcha como efectivamente ha debido ser. Ya en la oportunidad de los cincuenta años de la UDO, en el año 2008, propusimos a diferentes niveles, el que se realizara un encuentro que a lo largo del Año Jubilar y con participación de toda la comunidad y membresía interna, así como con la participación de entes y personalidades externas, nos permitiera la revisión institucional y organizacional que hoy replanteo. Se trata de encarar una revisión o evaluación interna de la UDO.

En el ámbito de la funcionalidad y su rol político ante la sociedad, debemos igualmente llamarnos a la unión de esfuerzos para avanzar en la dirección del cambio deseado y esperado para nuestra universidad. Desde esa perspectiva y ante el escenario cierto de un procesos electoral que a nivel rectoral bien puede disponer esta situación coyuntural, cabe plantearse la posibilidad e acometer transformaciones estructurales que, en el caso de la dirección político estratégica, bien pueden encaminar su direccionalidad en el complejo contexto de la Mesa de la Unidad Democrática, apostando a la retoma de su rol como ente al servicio de la Nación y sus habitantes.

Por tanto, propongo que el próximo proceso electoral para elegir las autoridades rectorales de la Universidad de Oriente, sea debatido en el seno y escenarios de la MUD donde obviamente, ha de estar presente la voz de UDO 70 como movimiento universitario de añeja data y persistencia en el seno de la UDO, y donde también han de hacer acto de presencia, otros movimientos y visiones políticas que dejen escuchar la suya, por cuanto de lo que ahora se trata, no es de mantener la hegemonía de un grupo al interior de la universidad, sino desarrollar un nuevo modelo de universidad, cuyo rol político y social así como su impacto económico y cultural calce en el nuevo contexto de país con el que soñamos los venezolanos desde hace más de una década, en el cual a universidad no puede correr el riesgo de quedar atrás.



Bismarck Ortiz Rondón

Ciudad Bolívar, 16 de noviembre de 2010