La duda hamletiana que el ingenio de Shakespeariano pusiera en manos del
protagonista de “Otelo” cruza hoy las
fronteras ideográficas de cada venezolano, en términos inequívocos de que ello
ocurre sobre nuestra geografía, de palmo a palmo. La oposición y mucha gente no
solo del chavismo light sino también
del hard chavismo y el PSUV, que no
del madurocabellismo ni de Somos Venezuela, se pregunta qué camino tomar ante
la incertidumbre del “ser o no ser”, votar o no votar.
Esa es
cuestión que no tendría mayores inconvenientes en ser respondida por y para
quienes nos movemos en los terrenos de la oposición al actual régimen
dictatorial, a no ser porque, el modelo
de acción política perfilado por lo que se pretende conceptualizar como “Socialismo
del siglo XXI”, también ha desarrollado simientes y echado raíces en uno que
otro territorio oposicionista que seducido por las mieles del acceso al poder y
sus beneficios han terminado emulando conductas que en principio y por principios
rechazan.
De lo
contrario no entiendo porque el lugar de promover y divulgar los resultados
que, positivos para el colectivo país, derivarían de acudir el 20 de mayo ante
las urnas electorales y que cada venezolano ejerza su derecho al sufragio. Por
el contrario, se han dedicado a una campaña de descredito y descalificación e
insulto para todo aquel que, derivado de sus propios análisis, consiedar que el
momento no da para cumplir con ese deber por cuanto nosolo no hay condiciones
para ello, tal cual lo establecen la Constitución y leyes de la República sino
que, peor aun, no conducirá al logro de los resultados que nuestros sueños por
una Venezuela distinta a la de hoy, estamos deseando.
Y no se trata
de aquello de que “deseos no empreñan”, sino de estar conscientes de que el 21,
esto es, a partir de las 00,00,1 horas del lunes próximo, nada habrá de cambiar
o cambiado para mejorar la suerte de la población venezolana, sino para lo
peor, el afincamiento y profundización de la crisis política en primer lugar,
por cuanto sabido como ya se sabe, cuáles serán los resultados del escrutinio electoral,
el régimen, en su absurda manera de ver y hacer ver la realidad mediante la
utilización del metalenguaje, intentara converse y convencer a sus seguidores
de que todo está bien y hoy más que nunca antes, tenemos patria. Se
incrementara la crisis económica, se ampliaran las brechas sociales y se
depauperaran aun más, nuestros usos y costumbres, es decir, la cultura e idiosincrasia
del venezolano, ante una sociedad cada más fragmentada tal cual lo proclaman
las ideas del principescas de Maquiavelo en cuanto al divide y reinaras. De
ello no tengo duda alguna. Sin embargo, no creo por ello que hemos de sumergirnos
en el reino de la desesperanza, por el contrario, alzar los maderos y seguir
remanado en procura de alcanzar la orilla en el punto de aguas al que estamos
obligados a llegar.
Por tanto y
en primer lugar, no cuestiono ni emito opinión que intente calificar a quienes
en el campo de la oposición, mantienen posiciones contrarias a las mías
respecto a los eventos del próximo 20 de mayo. A mi edad no voy a trampearme y
contradecirme afectando mi credibilidad en el escenario público, esto es, de lo
político. Desde que se tomaran decisiones y convocara la instrumentación
conducente al establecimiento de una Asamblea Nacional Constituyente que hoy no
dudo en calificar de espuria, asumí una actitud en contario y no solo lo
justifique y he justificado desde entonces, sino que acudí a foros y
conferencias en los que expuse las razones de mi posición e intente, dar
herramientas a otros, para que tras realizara sus propias evaluaciones sobre el
tema, tomaran la decisión que en base a ello consideraran y asumieran postura
ante ese hecho político administrativo. Como debe ser en democracia, cada quien
toma decisiones y asume sus consecuencias.
Eso pienso,
eso digo y eso practico. Votar o no votar es flatulencia cognitiva e intelectual
de cada quien y de sus legítimos intereses, por tanto una cuestión íntima e
individual. Cada quien asuma lo que considera válido para si y para el país ante
la coyuntura electoral. Nada que decir, aunque si, rechazar toda suerte de
calificativos, epítetos e incluso miserables conminaciones para que comparta o
asuma esta o aquella posición. Respeto y exijo respeto. NO VOY A VOTAR, POR PRIMERA VEZ EN MI VIDA ELECTORAL, NO VOTARE, quien
quiera razonarlo conversacionalmente conmigo, sencillamente me lo señala,
coordinamos reunirnos para compartir amigablemente un café (En la medida de lo
posible, dadas las circunstancias económicas y sociales del país), y como
siempre, a la orden en un clima de respeto y tolerancia. No copiemos en la
oposición, lo que criticamos a nuestras antípodas políticas en el ejercicio de
la política y el gobierno.