A los efectos de ubicar el perfil – país para el que ha de establecerse un nuevo instrumento jurídico – político en relación con la educación superior y el subsistema de educación universitaria venezolano, es menester hacer algunas precisiones previas, particularmente en lo atinente a consideraciones de orden histórico. La universidad y por tanto las regulaciones que sobre su actividad han de tenerse, esta en relación directa con el tipo de sociedad y país al que se aspira en el futuro. Se desea una universidad de corte socialista, acaso una universidad de orden clerical o por el contrario, como decía Aquiles Nazoa[1], fervoroso creyente de los valores creadores del pueblo venezolano, deseamos una universidad basada en los valores del pueblo, al servicio del desarrollo social y nacional en consonancia con la direccionalidad del mundo académico internacional. Si la respuesta pende su orientación de la última frase, el contexto ideológico para la emergencia de la nueva universidad, es el liberalismo.
El nacimiento de la República, ocurre en medio de las tensiones entre dos visiones contrapuestas del mundo y la humanidad: Capitalismo y socialismo ó mejor expresado, social – comunismo. La primera constitución nacional, surgida en 1830, delinea un país cuyas bases para la vida política y social se asientan en el pensamiento liberal. Sin embargo, la dirigencia que intenta avanzar en la construcción de un país levantado sobre tales bases, esta signada por principios, valores y creencias de orientación, que si bien pudieran o resultar totalmente contrarias, al menos si son muy diferentes a lo que desde esta perspectiva del mundo se entraña. Las necesidades expansivas y las fuerzas centrifugas, ya no del capitalismo europeo sino del capitalismo mundial en fase transicional al latifundio[2], ubicaron la Nación de Bolívar en la periferia del mismo. El “caudillismo” devino entonces en la forma de gobierno político, desde la cual todo aquel que se considerara con suficiente fuerza en armas y hombres consideraba que tenia en el mesianismo de sus manos, el destino de la Patria Grande insuflada en el espíritu libertario de Simón Bolívar.
De esa forma, las elites sociales no estuvieron integradas pos civiles e ideologías políticas sino por militares e ideologías castrenses. La vida política del país ha estado signada por las tensiones entre lo civil y lo militar sin que, estos últimos hayan realizado aportes significativos para su subordinación al gobierno civil, como no fuera en los años de la democracia representativa, entre 1958 y 1999. La cuestión esta en que evidentemente, la elite militar posiblemente habría de estar al servicio de alguien, un alguien que expresara el interés de las fuerzas dominantes de la sociedad rural, por un lado y la correspondiente a los “Amos del Valle”[3] instalados en Caracas como capital de la República.
.
Aquella situación inicial de la ciudadanía rural, empeoro en el trayecto intermedio con el descubrimiento del potencial petrolero del país. Venezuela no tuvo oportunidad ni tiempo para acomodarse al capitalismo mundial con base en la explotación de sus riquezas agrícolas y la exportación de sus productos. El país que deviene al boom de una sociedad urbana, sin algún asomo de planificación previa para atender sus demandas y evitar el crecimiento caótico de las grandes ciudades. La necesidad de utilizar la renta petrolera para ponerla al servicio del desarrollo nacional, encuentra eco en las dictaduras militares del siglo pasado y el apoyo de los representantes del capitalismo mundial, cuando a falta de aquellas, En Venezuela tuvo lugar el florecimiento del Capitalismo de Estado, en fechas posteriores al discurrir del año 1958. El país se debatía entre las tensiones derivadas del enfrentamiento ideológico – político, económico y cultural de los modelos capitalista y socialista por un lado y, por otro, entre las tensiones militares y civiles. Tal vez los cuadros 1 al 4, anexos, permitan en su visualización, derivar alguna reflexión de interés en ese sentido.
El caso es, que en cualquiera de las formaciones socio – políticas existentes sobre la tierra y, bajo de egida de cualquier modelo de desarrollo económico, las universidades son y han de ser organizaciones modernas al servicio del conocimiento en cuanto a su generación, creación, difusión, utilización y aplicaciones. Por tanto, la universidad necesaria solo puede tener como norte, en contextos de eficacia, eficiencia y productividad, la búsqueda de la verdad y el saber. Para lograrlo, no importa a que precio, el ambiente ha de ser de estricta libertad, dentro de los limites que la cultura humana sea capaz de aceptar y no de otros.
Un claro ejemplo de lo anterior se evidencia en el fracaso del modelo implantado en la Rusia Zarista para dar paso a la URSS luego del triunfo de la Revolución Bolchevique en octubre de 1917. ha devenido en una situación que modificó el tinglado del escenario, cambiando de lugar algunos aspectos de la representación. Hoy, los tambores de la liberación de los pueblos resuenan en otras regiones del planeta, animados por la música de fondo que corresponde a una opera bufa que no por ello, termino en una de las mayores tragedias de la humanidad entonos los tiempos: E desempeño político alemán entre 1920 y 1945. Veinticinco años que transformaron al mundo que hoy, intenta dejar atrás la vida de las catacumbas para encumbrarse hacia la libertad. Ese es el contexto de la universidad necesaria….
Bismarck Ortiz Rondón
V: 3.627.220
Ciudad Bolívar, 14 de enero de 2011
[1] El humorista Aquiles Nazoa, uno de los más importantes literatos venezolanos, cultor y expresión de la cultura popular, escribió un poema titulado El Credo. A esa pieza literaria corresponde la expresión: “creo en los valores creadores del pueblo”, frase acuñada en el mencionado poema. [Documento en línea] Disponible en: http://132.248.35.1/ec/Aula/Taller/Creat/Textos/Credo.pdf Consulta realizada el viernes 14 de enero de 2011
[2] Esta afirmación corresponde al historiador venezolano Arturo Cardozo (1986), en su obra de edición propia: Proceso Histórico de Venezuela. Tomo I, Las comunidades indígenas y la estructura de la sociedad colonial. (pp. 11 – 21)
[3] La expresión “Amos del Valle” condensa el titulo de una novela histórica escrita por Francisco Herrera Luque, la cual fue publicada por primera vez en el año 1979. Su utilización en este documento tiene como objeto, expresar el surgimiento de esta clase dominante en el seno de la sociedad venezolana desde el mismo siglo XIX.
No hay comentarios:
Publicar un comentario