No es cuestión de leche, es cuestión de actitud.
El eslogan publicitario que rige parte de la estrategia comercial de Empresas Polar C. A., reza: ”Si se puede”. Tal vez mi mente lo asocia a otro de significación política en el país y por tanto orientado a la propaganda, “Si podemos, somos MAS”. En todo caso, son planteamientos generados desde una evidente posición optimista del entorno. Las traigo a colación y expongo, al considerar la necesidad que vive la sociedad venezolana en su conjunto, cuando dentro de algo más de cuarenta días enfrente definitivamente el dilema alternativo que la lleva indefectiblemente al cambio del actual sistema político que la rige.
Cambio que habrá de producirse cualquiera sea el resultado comicial del venidero 7º. De ganar los actuales regentes del poder político nacional, la posibilidad de tomar caminos hacia la democracia abierta, participativa y protagónica, constitucionalmente establecida, se habrá cerrado. La profundización de la transición hacia el tipo de régimen ortodoxo y ya previamente fracasado en la URSS, Korea del Norte y Cuba, será inevitable. Caso contrario, los demócratas apostamos a un cambio de gobierno que abra las puertas al siglo XXI e impulse una rápida y dinámica transformación de Venezuela en lo político, económico y social, recuperando los verdaderos valores de nuestra cultura para hacer del país, una nación postmoderna, de cara al devenir final de la segunda década del presente siglo y, obvio, las subsiguientes.
Desde esa perspectiva de análisis, valga comparar la publicidad de los emprendedores a los que acompaña el grupo empresarial ya referido, en la que apunta la posibilidad del logro en todo emprendimiento por cuanto si se puede, siempre se puede con la propaganda oficial en la que un ciudadano de humildes orígenes, apunta que el actual presidente de la república es su Dios, su nuevo Bolívar y es él quien lo sacará de las catacumbas de vida en las que habita. Se trata de la diferencia entre lo que deseamos aprehender y lo que se quiere que aprendamos como conducta de vida.
Asumiendo en compromiso del cambio y la necesidad de reconstruir de verdad no ya la Cuarta República que la Quinta termino de hundir, sino la Republica de Venezuela, esa que nos duele a todos los que hemos aprehendido y aprendido a querer sin distingos de raza, credo o color político e ideológico, deviene a la palestra pública un libro de interesante consideración al respecto: No es cuestión de leche, es cuestión de actitud, (Todoactitud; 2012; 209 pp.), escrito por Carlos Saúl Rodríguez, motivador de la “vinotinto” y uno de los artífices del cambio experimentado por nuestra Selección Nacional de Futbol en los últimos años.
Venezuela si se puede implica un cambio en nuestra actitud individual y expresión colectiva. Ese cambio es posible. Es posible abrazarnos y trabajar de manera conjunta ante la necesidad que de ello tiene el país. Un país devastado de bando a bando, consumido en sus más diversas manifestaciones desde lo político hasta lo social y la disociación humana en el fomento de enemigos y adversarios y no de personas con visiones distintas de un mismo hecho. Por tanto un país donde hoy, hay mucho que hacer para restablecer el orden social y la vida en comunidad. Claro que si se puede. Pero, como todo en la vida, hemos de comenzar por el principio y el principio ya está aquí. De la mano de la Fuerza del Cambio, de la mano de Capriles y toda esa juventud que le acompaña en su empeño presidencial, podemos transformar la realidad actual y reconocernos en el otro mirando ambos la construcción de nuestro propio futuro, el que nuestro libre albedrio determine en función de los deseos de cada quien. Comencemos pues el avance en la transición facilitando la llegada de Henrique Capriles Radonski al ejercicio del gobierno nacional para el período 2013 – 2019. El próximo 7 de octubre, todos a votar, a votar por el pais y nuestro futuro, a votar por la UNIDAD DEMOCRATICA y su tarjeta. Capriles la Fuerza del cambio, Capriles Presidente, si se puede. Se ve, se siente, Capriles Presidente.
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