Ayer,
leyendo la sección “Inspirulina”[1]
escrita por Eli Bravo y publicada dominicalmente en la revista “Todo en
domingo”, encartada en el diario El Nacional, lei con satisfacción que no se trata de una costumbre exclusiva. Bajo el titulo “Tres libros son
suficientes” se narra como el actual Presidente de Irak: Jalal Talabani
se mantiene en paz en medio de las presiones a las que vive sometido como
consecuencia del ejercicio de tan alto cargo. Supuestamente, Talabani mantiene
su talante cotidiano debido a que “siempre tiene a manos tres libros”. Primero, el que está leyendo en tiempo presente; segundo, aquel que leerá,
una vez terminado aquel y le atribuye la simbología del futuro, luego, en tercer lugar, un libro de poesías. Abstracción hecha de los títulos y
obviamente el tema, lo importante es que sean tres. La idea no deja de ser interesante.
Sin
embargo, hay ocasiones en las que llega un libro que consume todo el tiempo de
principio a fin dado que nos envuelve en la magia de su planteamiento y nos
lleva de un solo tirón de la primera a la última de sus páginas, eso es lo que
me está ocurriendo con esta, la primera novela de Sonia Chocrón. Aunque los
otros dos libros que ahora voy leyendo también son interesantes en su temática,
planteamiento y lenguaje, esta novela me tiene atrapado y ando dándole, de
suerte tal que estoy seguro concluiré su lectura rápidamente.
El
planteamiento de Sonia Chocrón está documentado con pasajes sobre la Segunda Guerra
Mundial y la invasión nazi a Francia, particularmente la entrada de sus tropas
en Paris. De igual manera en lo concerniente a la vida y cultura de la
comunidad judía y de sus quehaceres en Caracas, cuestión esta última que forma
parte de su existencia dado su origen, vinculado ancestralmente a esa raza
aunque ella haya nacido en Venezuela como parte de una generación que
seguramente no fue la primera. La otra cuestión sobre la que hubo de investigar
y nutrirse la autora para exponernos esta creación magistral, fue en las artes
de la magia correspondientes a ese personaje mundialmente conocido y
caracterizado por sus números de “escape”, que fue Harry Houdine.
De
entrada, uno no sabe si la las mujeres sobre quienes versara el texto son las
hermanas de Isaac Brandao: Fortunée, Esther y Rachel, solteronas las tres. Más
adelante, Isaac actuará conforme lo hacen sus hermanas, al no reconocer a
Esther como hermana suya señalando que sus hermanos solo son Albert, Fortunée y
Rachel, con lo cual asume el juego de sus hermanas respecto a una “posible”
infidelidad de su madre. En el decurso de la lectura topamos con Lia, a quien
conocemos de inmediato, para luego ver aparecer en el relato a sus
descendientes, Helena, su hija y posteriormente, Sara Soler, la nieta de aquella a través de
“Helenita”. Una novela en la que la figura del Dr. Marcel Gabay parece jugar un
rol preponderante. Mantiene nuestras aprehensiones acerca del papel de este
señor en la vida de Lia.
Avanzando
hacia la mitad del texto, asumo que cada una de las mujeres que van
sobresaliendo en la misma: Lia, Helena y Sara, juegan su rol conforme
arquetipos de la mitología griega que se expresan en Hecate, la mujer bruja
aparecida en sus andanzas a Lia; Demeter, la mujer madre que sacrifica su
existrir en favor de la protección de su hija, Sara; finalmente Kore, a
quien veo en Sara y su vinculación madre
e hija respecto de Lia. Esto lo asumo desde la perspectiva en que lo plantea el
Dr. Risquez[2].
Esa
idea la asumimos a partir del momento crucial que personalmente centro
alrededor de las páginas 145 – 159 donde se narra “La celda de la tortura china”,
sin embargo, a partir de la página 163 el
escenario cambia totalmente y vamos develando el hilo conductor de la novela:
Mas que la maternidad y las relaciones madre e hija, pienso en los acertijos de
la vida. Esos que nos imponemos y cierran nuestro intelecto al pensamiento de
lo que otros, en este caso personas muy
cercanas unas de otras, han hecho en sus vidas y con su existencia, una
cuestión que forma parte del libre albedrio de cada quien y que Chocrón maneja
con una extraordinaria habilidad para mantener el suspenso y llevarnos a un
desenlace en el que finalmente cada una pudo haber vivido su autorrealización,
y donde Helena deviene en la más afectada.
La
huida del hogar paterno asumiendo el matrimonio como estratagema para montar
tienda aparte y alejarse de una realidad que vivida en los recuerdos no les
permite una vida tranquila. Es el Karma filial que en lo femenino llevará
posteriormente en su existencia a que Helena se una en matrimonio con el Sr.
Soler y luego Sara lo haga con “Pompas Fúnebres”, también para escapar de la “jaula
del hogar familiar”. Sara utilizare el sexo y la droga como vía de escape en la
confrontación con los eventos de su existencia.
La
cartomancia, la astrología y el zodíaco,
el consumo de drogas son cuestiones menores ante el acoso sexual que
experimentara Sara de manos de su propio padre o la sospecha de la infidelidad
de Lia ante Isaac, cuestión está última que la final se demostrara nunca
existió y por el contrario, detrás de aquella mentira aflora una verdad que
consumió muchas vidas en los tiempos del “holocausto”, la salvación de niños de
su potencial exterminio a manos de los nacional socialistas en los campos de
concentración. En eso, Marcel y Antonio conjugaron una triada fabulosa al lado
de Lia, quien posiblemente, lo que olió en su caminata por las calles de Paris,
más que el tiempo de la momificación, tal vez haya sido el olor asfixiante de
la muerte que podía cortar de golpe aquellas vidas que Herodes no pudo
sacrificar para evitar la presencia divina del Dios de todos. Sonia Chocrón
hace gala de su afición por el cine, en el reconocimiento que hace de la filmografía
universal para establecer vinculaciones con pasajes de su novela. De igual
manera, llama nuestra atención el hecho de que prácticamente cada episodio de
la novela sea precedido en su desarrollo, por la “puesta en escena” de los
números de Harry Houdine, los que destaca contra el contenido de cada capítulo.
Algunas
cuestiones adicionales. Primero aquello de que “El libre albedrio siempre era
un arma de doble filo: el peso de las decisiones solo tendría un responsable:
ella misma. Y si bien entendía que desde
ese momento su vida era toda suya, también comprendió muy pronto que liberarse
era uno de los grandes riesgos en la vida” (p. 25).
Cambio
de nombre, aceptación de una religión diferente a aquella con la que crecimos,
son parte de una cotidianidad que se va construyendo en la medida que las
dinámicas de este tiempo ubican a cada quien ante la realidad de su propio
destino, aquel que de verdad puede construir cada quien alrededor de sus
existencia.
Son parte de los riesgos, o en todo caso, un
riesgo: El libre albedrio y sus decisiones, que más temprano que tarde, cada
uno de nosotros toma o debe y ha de tomar para dar luces propias a su
existencia.
La
segunda, referida al hecho de que “Todos en la búsqueda del triangulo de los
grandes anhelos: salud, dinero y amor. (P. 27). Es cuestión que llama mi atención por cuanto en
sondeos que he realizado sobre páginas en las que hombres y mujeres cruzan sus
expectativas para establecer relaciones de pareja, llama mi atención el que
estos son los mismos referentes que mayoritariamente se plantean quienes acuden
a portales web desea naturaleza, particularmente las mujeres.
Me
consumen, las novelas y textos literarios que tienen como escenario la ciudad
de mi infancia y juventud: Caracas. Por eso, recordar las calles de Los Palos
Grandes, con el detalle de sus arboledas y las raíces a flor de acera, me trajo
por un momento a esos mundos de los que el tiempo y la distancia me han
alejado. Una ciudad a la que me acerco
temeroso en ocasiones que se van distanciando en el tiempo. Aunque viví una
parte de mi infancia en el oeste de Caracas, después de aquella noche en la que
me atracaron a fuerza de “picos de botella”, decidí que, por razones de
seguridad, el oeste de Caracas terminaba para mí en la Calle Real de Sabana
Grande, concretamente en la librería “Sumate”. De igual manera, para mí, el
este clase media desde Las Acacias, Santa Mónica y Bello Monte hasta El Márquez,
conforman los limites de mi querida capital. Por eso, que agradable que la
autora me haya llevado al recuerdo de dos adorables sitios para el compartir
agradable de un café o un desayuno completo: Danubio y Saint Honoré, dos pastelerías
divinas.
Por
último y sin agregar palabra alguna, vale citar de Sonia Chocrón, “Como bien lo
había dicho Shakespeare en Romeo y Julieta,
las despedidas llevaban consigo el dolor de la separación y al mismo tiempo la
dulce esperanza, la urgente necesidad del reencuentro.” (p. 132).
Saludo
esta primera novela de Sonia Chocrón. Me ha dejado un agradable sabor en cuanto
a las esperanzas de que nuestro país no se detenga. Gente inteligente como Sonia, hacen
pensar que la Venezuela de nuestros sueños no está perdida. Que el nuestro, es
un país abierto a la esperanza de su permanente construcción. Sonia, gente como
tu y su quehacer, nos reconcilia con el país. Felicitaciones y esperamos tu próxima producción literaria, sin duda será un nuevo encuentro con el placer de la creación inteligente y su lectura.
De
Alta Mar a Ciudad Bolívar, entre el 5 y 12 de mayo de 2013
CHOCRON SONIA (2012) Las mujeres de Houdini. Bruguera. Caracas.
[1] Bravo Eli (2013). Tres libros son suficientes. En la
sección “Inspirulina”. Revista “Todo en domingo” N° 706. Encartada en el Diario
El Nacional. Edición del 12 de mayo de 2013.
[2] Risquez Fernando (1991). Aproximación a la feminidad”. Monte Avila.
Caracas.
Mil gracias Bismark, por tan generosa nota sobre Las Mujeres de Houdini.
ResponderEliminarSonia Chocron