… también repruebo a quienes detestan a los que
escriben memorias o diarios.
Que cada uno escriba lo que necesite o suponga que se
le da bien o que le viene bien.
Que cada quien emplee sus días y los sopese como mejor
le venga en gana.
Joaquín Marta
Sosa ¿Qué hacer con
la vida? Fragmentos
(Papel Literario de El Nacional, agosto, 28 de 2022 (p. 1)
Tenía
en mente otro comienzo para este cuento. Al respecto y de repente surgen dos
ideas diferentes, la una derivada de la percepción que en mi capacidad de
pensar genera el adverbio detrás al escribirlo; la otra, del parecido de
Joaquín Marta Sosa con la figura del sacerdote jesuita, actual Papa Negro de la
congregación, Arturo Sosa. Me dejo llevar por la similitud en uno de sus
apellidos y me pregunto si constituyen vidas de un mismo origen genético aunque
se encuentre ramificado. Así es la vida.
Leo
el contenido desarrollado por Marta Sosa a propósito de su presencia como
figura principalisisma en el último número del Papel Literario de El Nacional,
recibido en el repique informativo que originalmente deviene de Nelson Rivera.
Edición del 28 de agosto pasado.
El
epígrafe corresponde al primer párrafo de su escritura en el que aborda la
cuestión de las memorias autobiográficas y los diarios como expresión de la egolatría
humana. Es una cuestión que tal cual comparto a la vez que caigo en cuenta de
que, de una u otras formas he intentado hacer de ambas una expresión de mi existencia.
Entro en cuenta de la supina contradicción dialéctica en la que he basado hasta
ahora los referentes del posible legado, no a la humanidad, sino al menos a mis
familiares más cercanos: hijos, nietos y hermanos. Se aprende viendo, leyendo y
también, escuchando, oliendo y tocando, pensando y reflexionando. Percepciones propias
que nos llegan desde la eventualidad de la realidad.
Difícil
ubicarse ante el hecho de que, como el mismo lo narra, a sus cuatro años de
edad y habiendo nacido y vivido esos primeros años de existencia en el medio
rural, no conociese la mantequilla. Y es que la vida no siempre es lo que
suponemos haya sido o sea para todo humano. Por eso en este momento estoy
escribiendo desde la intimidad del dolor que se genera en el rechazo, no por el
rechazo en si, sino más bien por la forma en la que personas de elevado copete
lo manifiestan. Los hachos, los actos de vida y las palabras, hieren, y hieren
fuertemente para bien o para cuestiones menos buenas, dejan huellas en el alma
humana. Ya lo hare explícito.
Dice
Marta Sosa que nuestro saber, va siempre por detrás de la realidad, “… siempre
sabremos menos que la realidad.” Tomó conciencia de que su familia era pobre y
el también lo era en ese contexto. Va tejiendo ideas respecto a su vida en el
seno revolucionario y la toma de conciencias en cuanto el existir, cuestión
esta muy diferente de la vida.
Vida
y existencia constituyen para mí, cara y cruz de la misma moneda, cohabitan
permanentemente sobre el mismo soporte. La vida es lo biológico, se fundamenta
en hábitos y costumbres vinculados al soporte de la salud; el existir, me
atrevo a decirlo así, es de base filosófica en tanto modo de vida. Ambos suman
en la necesidad de los equilibrios biopsicosociales y ecológicos que
constituyen la salud humana, al menos en el plano de las definiciones teóricas.
Ahora
bien, delante de cada uno de nosotros ubicamos la realidad está frente a
nosotros y simultáneamente formamos parte de su integración, nos encontramos
sumidos en ella. La apreciamos desde una perspectiva propia que viene
determinada por lo que cada uno es en el devenir civilizatorio y evolutivo
individual e íntimo en el aquí y el ahora. Y estamos sumergidos en ella desde
la construcción social determinada por el todo integrado desde todos y cada uno
de los seres humanos, no solo los que viven en la actualidad sino de aquellos
que ya no están en este plano.
Es
en ese contexto donde cada uno procura sus verdades, verdades que aun siendo
propias o colectivas jamás dispondrán el absoluto de tal cuestión. Es desde allí
que comparto lo expresado por Marta Sosa en cuanto a que los humanos estamos
siempre por detrás de la realidad aunque nos ubiquemos epistemológicamente detrás
de aquella. Por ello, siempre lo humano detrás de la realidad. La existente y
la que cada quien construye.
Cuando
logramos pleno acceso a lo que interpretamos en términos de vida y de existencia,
de realidad y de verdad, despertamos ante la sabiduría, es mi forma de verlo e
interpretarlo. Y es allí, en ese momentun
de encuentro por parte de esas cuatro dimensiones en las que el hombre, generativamente
hablando, salta de manera cuántica al encuentro del SER, un locus al que no todo humano accede. ¿Se
entiende la diferencia? Todos los humanos somos diferentes y distintos pero, como
dirían los jóvenes de las nuevas generaciones, lo que genera roncha, es que muchos,
por elevado que sea su copete aun reptilan; a lo sumo pueden haber alcanzado el
estatus del póngido, homínido evolutivo que al perder la cola, se constituyó en
preludio del homo sapiens.
La
cuestión para mí, no es lo que nos pasa en la vida y el existir, sino que
hacemos con lo que nos ocurre en la vida y lo que hacemos para la construcción
de nuestra existencia. ¿Qué hacer con la vida? Pregunta Marta
Sosa, cada quien tiene y es dueño de sus respuestas.
Bismarck Ortiz Rondón
Ciudad Bolívar, agosto
29 de 2022
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