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Farmacéutico. Profesor Titular en la UDO. Consultoría y Asesoramiento en planificación, organización y gerencia. Coaching. Políticas públicas. Estudios de especialidad, maestría y doctorado.

sábado, 25 de julio de 2020

La oposición en Venezuela 2020: Votar o no votar, un falso dilema III



“Quien con monstruos lucha 
cuide de convertirse a su vez en monstruo.
Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti.”
Friedrich Wilhelm Nietzsche (Röcken, 15 de octubre de 1844 - Weimar, 25 de agosto de 1900)

“El que busca la verdad corre el riesgo de encontrarla.”

Isabel Allende. (LimaPerú el 2 de agosto de 1942) 


“La libertad se extiende sólo hasta los límites de nuestra conciencia.”

Carl Guatav Jung (26 Julio 1875 en Kesswil - 6 Junio 1961 en Küsnacht, Zurigo)

El domingo próximo pasado no publique la continuación de nuestra posición ante el falso dilema de votar o no votar ante el que sucumbe una parte de la oposición democrática venezolana y no me refiero a los grupos que se manejan, direccionados por ciudadanos como Bernabé, Mújica, los hermanos Zambrano, Claudio, Fernández, Falcón y Bounucci, integrantes de la denominada oposición pret a porter, que me luce un término adecuado sin mayor carga peyorativa aunque si, con elevado nivel de sarcasmo respecto a su funcionalidad política y los objetivos que cubren.

No, me refiero a la oposición que califico de democrática y real. La que integran los partidos del denominado G4 y los agregados que han venido incorporando posteriormente. Por supuesto que desmonto en esa trama a La Causa R y Voluntad Popular, organizaciones políticas que han superado la disyuntiva dialéctica y van dejando en claro su posición. Una posición de compartimos, tanto desde Unidad y cambio como en sentido estrictamente personal. Si sustraigo a esas dos agrupaciones políticas del escenario dicotómico de la duda, no es por casualidad.

Hay cuestiones que en medio de los riesgos que implica, no solo el pensar diferente sino hacerlo público, no me cuadran. Por ejemplo, en redes sociales se dejan ver actividades eminentemente electoralistas en términos de campaña, por parte de ´´dirigentes´´ de partido, al menos de quienes se dicen de esta oposición que refiero como democrática y real, en plena campaña electoral. Alguno de ellos responderá que no es así, que están preocupados por las condiciones en que vive la gente y el hambre al que están expuestas. Si no andan en campaña y esa es su respuesta, peor entonces por cuanto constituyen expresión de lo que la mayoría del país desea dejar atrás: El populismo.

Estos dirigentes de corte eminentemente populista no asumen la posición que en este momento les corresponde por cuanto su lugar en este momento les ha de ubicar en las posiciones de primacía reclamando en contra de las recientes maniobras que exponen a los partidos políticos ante la picota de la opinión pública, dejando ver que la oposición viene ahora representada por una extensión de la usurpación, de la que se sepa hasta ahora, introduce sus fauces en tres de los cuatro partidos que integran el G4. Esa actitud, un tanto ladina,  nos mantiene en situación de alerta por cuanto pudiera darse el caso de que su silencio actual sea uno de los síntomas provincianos de la venenosa y antidemocrática mordedura de alacrán. Es uno de los tantos riesgos que corren quienes dedican su acción a la actividad política. Y en este punto, les dejo al corriente de la parte final de documento en el que manifestamos nuestra posición, un riesgo más, pero vale la pena asumirlo.

4.      Los riesgos
Todo lo hasta aquí expresado implica riesgos. En primer lugar para Guaidó y los diputados dispuestos a asumir sus roles en este trance decisional. También para los ciudadanos  venezolanos que sean llamados a cumplir tareas en el marco de lo aquí señalado.  Riesgos que no solo pudieran implicar la persecución y encarcelamiento sino que, para evitarlo habría que considerar  como posible la vía del exilio para continuar el trabajo.

En estas circunstancias, vale una reflexión final en el ámbito de estos planteamientos. Actuar conforme esta circunstancia y lo acá señalado, o no hacerlo y asumir los caminos acomodaticios del aquí no pasa nada, y  seguir actuando en el seno de la realidad que hoy.  Lamentable es decirlo, pero no actuar ahora, para nada impediría una situación de riesgos como la que hemos descrito.   La dureza con la que juega la usurpación a lo interno en Venezuela, la asociación corporativa que ha establecido bases operacionales en el país  y los beneficios de nuestra ubicación geopolítica en tanto la cercanía geográfica al país que detenta el  centro de la confrontación Oriente -  Occidente, por dirimir la  supremacía y dominio hegemónico- político sobre el Sistema Mundo Capitalista y la Cultura Global, llevarían a sostener esta lucha desde la clandestinidad o el exilio.

Como lo ha expresado recientemente el Cardenal Baltazar Porras, la solución no está en manos de ninguna persona, grupo, partido asociación en particular. Para quienes hasta ahora no han estado convencidos, la única manera de superar la multiplicidad de factores que han generado esta crisis solo pueden ser sometidos y controlados mediante la asunción de dos verdades de perogrullo:  La primera, nadie puede solo y el trabajo hemos de hacerlo entre, y con la participación de todos, asumiendo nuestras coincidencias en medio de la diversidad. Ello implica la necesidad suprema de la unidad más allá de las diferencias adjetiva. Es el momento de lo sustantivo. Lo segundo, en este momento TODOS hemos de sujetarnos al mayor de todos los objetivos en esta Tierra de Gracia que es nuestro país. Hoy, lo verdadera y casi exclusivamente importante para recuperar los términos de tranquilidad, de paz y de libertad en función de calidad de vida, es el país y su gente.