“Quien con monstruos lucha
cuide de convertirse a su vez en monstruo.
Friedrich Wilhelm Nietzsche (Röcken, 15 de octubre de 1844 - Weimar, 25 de agosto de 1900)
Isabel Allende. (Lima, Perú el 2 de agosto de 1942)
“La libertad se extiende sólo hasta los
límites de nuestra conciencia.”
Carl Guatav Jung (26 Julio 1875 en Kesswil - 6 Junio 1961 en
Küsnacht, Zurigo)
El
domingo próximo pasado no publique la continuación de nuestra posición ante el
falso dilema de votar o no votar ante el que sucumbe una parte de la oposición democrática
venezolana y no me refiero a los grupos que se manejan, direccionados
por ciudadanos como Bernabé, Mújica, los hermanos Zambrano, Claudio, Fernández,
Falcón y Bounucci, integrantes de la denominada oposición pret a porter, que me
luce un término adecuado sin mayor carga peyorativa aunque si, con elevado
nivel de sarcasmo respecto a su funcionalidad política y los objetivos que
cubren.
No, me
refiero a la oposición que califico de democrática y real. La que integran los
partidos del denominado G4 y los agregados que han venido incorporando
posteriormente. Por supuesto que desmonto en esa trama a La Causa R y Voluntad
Popular, organizaciones políticas que han superado la disyuntiva dialéctica y
van dejando en claro su posición. Una posición de compartimos, tanto desde
Unidad y cambio como en sentido estrictamente personal. Si sustraigo a esas dos
agrupaciones políticas del escenario dicotómico de la duda, no es por
casualidad.
Hay
cuestiones que en medio de los riesgos que implica, no solo el pensar diferente
sino hacerlo público, no me cuadran. Por ejemplo, en redes sociales se dejan
ver actividades eminentemente electoralistas en términos de campaña, por parte
de ´´dirigentes´´ de partido, al menos de quienes se dicen de esta oposición que
refiero como democrática y real, en plena campaña electoral. Alguno de ellos responderá
que no es así, que están preocupados por las condiciones en que vive la gente y
el hambre al que están expuestas. Si no andan en campaña y esa es su respuesta,
peor entonces por cuanto constituyen expresión de lo que la mayoría del país
desea dejar atrás: El populismo.
Estos
dirigentes de corte eminentemente populista no asumen la posición que en este
momento les corresponde por cuanto su lugar en este momento les ha de ubicar en
las posiciones de primacía reclamando en contra de las recientes maniobras que
exponen a los partidos políticos ante la picota de la opinión pública, dejando
ver que la oposición viene ahora representada por una extensión de la
usurpación, de la que se sepa hasta ahora, introduce sus fauces en tres de los
cuatro partidos que integran el G4. Esa actitud, un tanto ladina, nos mantiene en situación de alerta por
cuanto pudiera darse el caso de que su silencio actual sea uno de los síntomas
provincianos de la venenosa y antidemocrática mordedura de alacrán. Es uno de
los tantos riesgos que corren quienes dedican su acción a la actividad política.
Y en este punto, les dejo al corriente de la parte final de documento en el que
manifestamos nuestra posición, un riesgo más, pero vale la pena asumirlo.
4.
Los riesgos
Todo lo
hasta aquí expresado implica riesgos. En primer lugar para Guaidó y los
diputados dispuestos a asumir sus roles en este trance decisional. También para
los ciudadanos venezolanos que sean llamados a cumplir tareas en el marco
de lo aquí señalado. Riesgos que no solo pudieran implicar la persecución
y encarcelamiento sino que, para evitarlo habría que considerar como
posible la vía del exilio para continuar el trabajo.
En
estas circunstancias, vale una reflexión final en el ámbito de estos planteamientos.
Actuar conforme esta circunstancia y lo acá señalado, o no hacerlo y asumir los
caminos acomodaticios del aquí no pasa nada, y seguir actuando en el seno de la realidad que
hoy. Lamentable es decirlo, pero no
actuar ahora, para nada impediría una situación de riesgos como la que hemos
descrito. La dureza con la que
juega la usurpación a lo interno en Venezuela, la asociación corporativa que ha
establecido bases operacionales en el país y los beneficios de nuestra
ubicación geopolítica en tanto la cercanía geográfica al país que detenta
el centro de la confrontación Oriente - Occidente, por dirimir
la supremacía y dominio hegemónico- político sobre el Sistema Mundo
Capitalista y la Cultura Global, llevarían a sostener esta lucha desde la
clandestinidad o el exilio.
Como
lo ha expresado recientemente el Cardenal Baltazar Porras, la solución no está
en manos de ninguna persona, grupo, partido asociación en particular. Para
quienes hasta ahora no han estado convencidos, la única manera de superar la
multiplicidad de factores que han generado esta crisis solo pueden ser
sometidos y controlados mediante la asunción de dos verdades de
perogrullo: La primera, nadie puede solo y el trabajo hemos de hacerlo
entre, y con la participación de todos, asumiendo nuestras coincidencias en
medio de la diversidad. Ello implica la necesidad suprema de la unidad más allá
de las diferencias adjetiva. Es el momento de lo sustantivo. Lo segundo, en
este momento TODOS hemos de sujetarnos al mayor de todos los objetivos en esta
Tierra de Gracia que es nuestro país. Hoy, lo verdadera y casi exclusivamente
importante para recuperar los términos de tranquilidad, de paz y de
libertad en función de calidad de vida, es el país y su gente.