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Farmacéutico. Profesor Titular en la UDO. Consultoría y Asesoramiento en planificación, organización y gerencia. Coaching. Políticas públicas. Estudios de especialidad, maestría y doctorado.

lunes, 15 de noviembre de 2021

Mundialización, globalización y metauniverslización ¿Detenemos el mundo-planeta y nos bajamos?

 En materia de lenguaje apreciamos con cada vez mayor frecuencia la aparición de palabras nuevas, algunas sencillas, otras complejas, y cada una devenida en un contexto de futurización dadas las necesidades de dar contenido ideográfico a objetos, tanto aquellas que resultan materialmente  asibles como otros, generados en el mundo de las ideas y la a abstracción cognitiva. Y esto ocurre en todo los idiomas, cuestión a la que la riqueza del castellano no puede escapar.

Es así que la pandemia nos ha legado de la prensa española el cognomento de covidiota, calificativo aplicado a la persona descuidad que no se vale de las medidas de bioseguridad a los efectos de evitar el contagio y la transmisión de la enfermedad entre humanos. Ya el mundo de las redes nos había documentado sobre las autopistas de la información para marcar el camino de las nuevas tecnologías en la sociedad del conocimiento, las realidades virtuales y postindustrialización que va dejando detrás el mundo de grandes y humeantes chimeneas.

Y con anterioridad a esto, el mundo supo de sí mismo en cuanto sus límites geográficos hasta verificar la forma oblonga del planeta, desde  finales del siglo XV cuando en 1492 Cristóbal Colon arribo a los territorios que hoy han llegado a conformar en nuevo continente. De allí dimana definitivamente la idea del mundo y las derivaciones propias de su extensión espacio territorial en términos de mundialización y la asunción posterior n su seno del sistema económico correspondiente al sistema mundo capitalista.

La humanidad, para llegar a las formas en las cuales le conocemos hoy en día, había devenido en su evolución desde hace más de siete mil años, sin considerar las eras o etapas previas de su devenir en cuanto evolución de los seres vivos en general y dentro de ellos, lo que finalmente configura a los seres humanos y el establecimiento de la convivencia posible.

Aprehender de la idea del mundo tal cual la asumimos ahora y no de forma plana con límites en las grandes “cataratas” de las galaxias o del universo devino en la mundialización ocurrida durante el arco temporal que cubre aquellos inicios hasta mediados del siglo XX, por allá a mediados de los años cincuenta, cuando “superados” los desencuentros mundiales alrededor de la Primera y Segunda Guerra y, establecida la modalidad de la Guerra Fría una vez ocurrido el penúltimo reparto de los espacios geográfico territoriales de la Tierra entre las grandes potencias militares, se inicia la conquista humana del espacio sideral con la intención manifiesta por parte de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y la confederación de los United States of América, de arribar a la luna.

Cuando el 21 de julio de 1969, Neil Armstrong, de solo 38 años de edad, descendió por la escalerilla del modulo lunar Eagle mientras Edwin E. Aldrin Jr. (39 años de edad) se mantenía vigilante en el interior de aquel  y Michael Collins (38 años de edad)  permanecía orbitando alrededor de la Luna en la nave nodriza, el modulo de mando de la expedición, el Columbia, la globalización ya estaba en camino

habiendo transcurrido unos diecisiete desde el inicio de la conducente a la conquista del espacio. “Un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad”, fue la expresión que definitivamente nos dijo que una nueva era estaba en progreso.

Todo el conocimiento y descubrimientos acumulados en eso años, volcados luego al beneficio y bienestar de la sociedad n general, indicaban que la mundialización iba quedando atrás y la globalización copaba el escenario de la evolución civilizatoria marcando una nueva era que a la postre también incluiría el fin de la modernidad y los avances de la humanidad hacia la postmodernidad en medio de la denominada sociedad del conocimiento como consecuencia del crecimiento sin precedentes que este hubo alcanzado, inclusive a escala exponencial, comparado con cualquiera temporalidad anterior.

La comunicación en tiempo real, las posibilidades de que nada se encuentra oculto y hoy en día, en el decurso del 2021, cualquier acontecimiento, por nimio que resulte puede alcanzar su exposición y cobertura a nivel del planeta y toda la civilización, con instrumentos tan pequeños y de gamas tecnológicas avanzadas como los equipos celulares, para dar cuenta de todo cuanto acontece alrededor de la vida y la existencia en el planeta en el marco de la divulgación de la imagen, en el ámbito de la actividad del homo videns de Sartori, en el contexto de la cultura del espectáculo de Vargas Llosa. Los baby boomers cuentan el tránsito de una era a otra entre los años cuarenta y fechas aun imprecisas en el siglo XXI.

Aquel contexto humano y socio cultural que había vivido las experiencias de la  mundialización, veía ahora como en sus escasos treinta años de existencia, la realidad develaba ante ellos una nueva forma de relacionarse con esta. Aquella primera era que transcurrió entre 1492 y 1969, llegaba a su final luego de cuatrocientos setenta y siete años. La mundialización daba paso a la globalización que hubo iniciado apenas unos diecisiete años atrás y que ahora, en 1969 se concretaba de manera definitiva.

Ahora bien, la globalización toca a su final. En julio pasado se produjeron los dos primeros vuelos comerciales fundados en lo que aun constituye la conquista del espacio y existen proyectos a mediano plazo para el establecimiento de una estación espacial en el planeta Marte, donde se prevé inicie la vida en colectivo por parte de seres humanos, de esa manera se trata de un primer paso que desde ahora pretende y tiene como objetivos ir más allá de las fronteras del sistema planetario l que naturalmente pertenecemos.

Estos viajes espaciales de corte comercial, las experiencias y descubrimientos del conocimiento alrededor de los agujeros negros y la curvatura del tiempoespacio, los saberes que van acumulándose en torno a la neurociencia y las afirmaciones que marcan el ingreso de la humanidad real al mundo definitivamente virtual del metaverso[1], nos indican que estamos ante un nuevo nivel de la evolución humana. Metauniversalización, interplanetaridad, universo virtual son algunos de los nombres con los cuales puede establecerse la identificación de los nuevos tiempos por venir en el ámbito de la realidad del hombre y sus escenarios de vida próxima.

Lo que fueron casi cinco siglos de mundialización, trastocaron a globalización y esta apenas pudiera tocar el siglo por cuanto se estima que dentro de unos quince años, nuestra realidad societal en el mundo - planeta – globo se posicione en la realidad metauniverso. Al respecto cabe entonces la pregunta, que al igual que lo hace Andrés Oppenheimer[2] quien refiere al futurólogo de las tecnologías en Silicon Valley Vivek Wadhwa quien afirma que en los próximos años, cuestión que incluso ya ocurre, las personas trabajaran desde cualquier parte del mundo y que ello podrí representar una gran oportunidad para los países de América Latina reemplacen a China como base territorial en la producción mundial de bienes tangibles.

Ya América Latina perdió la oportunidad de hacerse como base territorial en lo administrativo del globo a raíz del desarrollo de internet y la globalización. Ahora le correspondería la posibilidad de jugar un rol diferente y si se quiere hasta marginal en el marco del sistema capitalista mundial, ahora global y quien sabe cuando metauniversal. Para los gurúes de la tecnología, ese no es el problema de nuestros países, lo tecnológico, pero si consideran que la falta de visión y capacidades para aprovechar las oportunidades están a la vuelta de la esquina y constituyen nuestro orden del día.

Otro gurú de la tecnología, Rony Abovitz, empresario de la realidad aumentada, sugiere a los políticos latinoamericanos trabajar por la construcción de una buena infraestructura de internet rápido y poner la educación y entrenamiento de las nuevas generaciones los saberes de la codificación y procuren orientar l inversión empresarial hacia el desarrollo cadenas productivas en cuanto benes de orden virtual. En la Región de la Guayana Venezolana tenemos las posibilidades de hacerlo, contamos con la materia tangible para ello, es cuestión de decidirnos por un nuevo modelo de desarrollo que procure el encuentro de la formación, capacitación  y entrenamiento intelecto-laboral en esas áreas.

Si no disponemos de esa operacionalización estadista desde la mundialización, de la apertura hacia la capacitación como misión en términos de colectivo global y visión para la construcción de futuro factible en cuanto a la metauniversalización o interplanetarización, no quedara otro camino que gritar ¡Paren el mundo - planeta- galaxia, que los venezolanos nos bajamos!

 

Bismarck Ortiz Rondón

Ciudad Bolívar, domingo 14 de noviembre de 2021

 



[1] Metaverso, meta-mundo o X-verso entre otras denominaciones que hasta ahora van apareciendo.

[2] Oppenheimer Andrés (2021) Oppenheimer: ¿Está preparada América Latina para el Metaverso? En opinión, diario El Nuevo Herald. Opinión publicado el 8 de noviembre de 2021. [Documento en línea] Disponible en: https://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/andres-oppenheimer-es/article255582121.html

domingo, 25 de abril de 2021

¿Quo vadis Sociedad Civil?

El momento al que arriba la Sociedad venezolana en la más reciente conmemoración del 19 de abril, en tanto exaltación civil e inicio de la gesta independentista que irrumpe ante las autoridades españolas aquel jueves santo de 1810 en plena Plaza Mayor adyacente a la Catedral donde se oficiarían los rituales religiosos correspondientes a la fecha, viene cargado de altísimas cuotas de incertidumbre.

La crisis política aun no da cuenta de situación de poder real en la que se encuentra la usurpación dictatorial de los diferentes órganos del poder público por parte de Nicolás Maduro y su gente. Aparentemente luce sin explicación creíble, que la dictadura, ya sin soporte en las bases populares que le encumbraron hace poco más de veinte años y con una importante fuerza democrática internacional en contrario aún se mantenga hacienda uso de aquel, manteniendo el control y dominio de la Sociedad mientras la oposición se aprecia desarticulada en permanente reacción que no atina la diana desestabilizadora que dé al traste definitivo con el régimen de oprobio y corrupción que hoy impera en Venezuela.

El análisis de la conformación de los diferentes bloques políticos deja ver de inmediato,  la presencia de al menos cinco grupos: En el seno de la usurpación se encuentra la usurpación como tal y el PSUV, a la vez que una conformación de alguna manera disidente alrededor de los pronunciamientos del PCV. En el caso del espectro de oposición en general encontramos Desde a la legítima oposición democrática  venezolana integrada por la dirigencia que coordina sus actividades desde la legítima Asamblea Nacional en cuanto los partidos del denominado G4 donde suman adicionalmente la Causa R y otras organizaciones políticas. La “mesita”, afecta a la Convivencia frontal con el régimen dictatorial y la Sociedad civil no militante.

En el decurso de los veintidós años de trabajo en contra de los gobiernos de Chávez en primera instancia y posteriormente a su muerte, el caso de Maduro, la oposición ha configurado al menos cuatro movimientos con intencionalidad de mostrar unión alrededor de un objetivo primordial, recuperar, en el caso venezolano, la democracia y el sistema de libertades que la rigen. La Coordinadora Democrática, la Mesa de la Unidad Democrática, el Frente Amplio Venezuela Libre y ahora, aún sin nombre de pila, una nueva Plataforma donde se agrupan los partidos políticos, los diputados y la sociedad civil.

No es necesario hurgar a profundidad para especular sobre necesidades, intereses y posturas en cada uno de los grupos que integran los bloques que anteriormente he señalado. Una cuestión que por ahora nos interesa ver y evaluar en el plano de la, para mí, legítima oposición democrática (LOD). Vistos a la distancia, la membrecía G y sus integrantes así como la sociedad civil no asoman cabezas particulares en el plano individual, por lo que resulta potable asumir la posibilidad de un liderazgo que descansa en los hombros de Juan Guaidó. Sin embargo, cuando volteamos hacia los diputados como tal, y no subsumidos en el cuerpo de la Asamblea Nacional, órgano del Poder Público que bajo amparo constitucional los legitima de manera integral y no fraccionado ni telepersonalizada, que es lo correspondiente al estado de la lucha por la democracia en la situación actual de Venezuela país, la cuestión entra en estado de sospecha y deja abierto una fisura que no permite ni permitirá y ojala me equivoque, que cuaje definitivamente la tan necesitada y requerida unión por cuanto la unidad luce por ahora imposible ante tantos intereses disímiles.

Y he que aquí nos perdemos en cuanto lo que plantea Carrera[1] desde la perspectiva de la construcción social en óptica de la izquierda marxista al señalar que “La construcción de la sociedad de los individuos libres – o sea, de los individuos conscientemente asociados – es la crítica más genuina al modo de organización actual de la sociedad. ¿Se muestra la teoría científica crítica del modo de producción capitalista – o sea, la teoría científica que se define a sí misma como la expresión directa de la conciencia libre en contraposición a la enajenación general de la conciencia en el modo de producción capitalista – a la altura de esta necesidad social?” (p. 235)

Intentar una respuesta, que además permita conectar o relacionar en planteamiento allí hecho explicito con respecto a la situación actual de la tarea política en Venezuela para la recuperación de la democracia y el rol de la sociedad civil, que ha de trabajar para generar cambios que abran piso a ls transformaciones sociales que el pais demanda de cara a un salto cualitativo que le catapulte a la tercera década del siglo XXI aun en medio de la pandemia, no es tarea sencilla y no corresponde a tipo alguno de aprendices de brujo, tal vez uno que otro alquimista y, en todo caso, a verdaderos estadistas que, lamentablemente y por lo que hemos venido apreciando, no los hay en el país o al menos aun no han asomado por completo, dejando la Puerta abierta a algún espontaneo que desde la postverdad, sea capaz de generar las emociones que habiendo despertado el renacer de la esperanza en enero de 2019, fueron echadas por tierra en enero de 2021.

Una manera de encarar esta realidad, nos la asoma Álvaro García Linera[2] cuando al asomarse a las necesarias transformaciones que han de sucederse al interior de instancias de la ciencia, tal es el caso de la sociología, nos pregunta:

¿Cuál es el papel de la sociología en el mundo actual? La obligación de explicar los hechos sociales por las condiciones que los produjeron, propio de una explicación científica, obliga a que la sociología tenga que exponer los acontecimientos una vez que sucedieron. Pero esto no significa que tenga que convertirse en un aparato intelectual de legitimación de injusticias y dominaciones que caracterizan la realidad; ni tampoco puede ser una coartada para el refugio en microcosmos y especializaciones complacientes con las abusivas jerarquías que ordenan el planeta.

 

La sociología, y en general las ciencias sociales, solo pueden comprender con rigurosidad la realidad, y ser herramientas de su transformación, si son capaces de hacerse las preguntas pertinentes que develen las tramas concretas de la dominación, la explotación y las resistencias que organizan milimétricamente el espacio social; y de hallar allí, en la objetividad de las cosas tal como son, la fuerza real de las cosas que podrían ser distintas a lo que hoy son. La cientificidad no es pues solo un método ni un algoritmo; es una manera de ubicarse críticamente en el mundo, de interpelar implacablemente las regularidades del orden mundano que, siempre son, arbitrariedades solidificadas.

Esto, en lenguaje coloquial no es otra cuestión que pensar de manera anticipada e incluso, yendo más allá, pensar fuera de la caja. De eso se trata.

En ese pensar fuera de la caja hemos de considerar cuestiones que, en el caso venezolano nos ubican ante la confirmación de eventos que han venido repitiéndose a lo largo del camino  en la evolución de los partidos políticos en el mundo, y que no asoman visos de exclusión en el caso venezolano, al menos desde 1973  en adelante, de acuerdo con nuestras apreciaciones y análisis personal, sustentado en notas que recogemos al leer a Juan Carlos Rey[3] y proyectarlas a nuestro tempo actual.

Es así que la crisis del Sistema populista de conciliación dio camino posterior a lo que el mismo califica como la crisis populista de movilización en cuanto a que la representación política culmino en la colonización de la sociedad venezolana por parte de los partidos políticos, cuestión heredada en nuestros tiempos actuales y donde los partidos políticos no quedan bien librados a decir de la opinión pública y sus expresiones al respect, de un tiempo a esta parte en cuanto a la acción y actividad política así como sus responsabilidades en Venezuela.

En ese sentido, el modelo democrático venezolano fundamentado en la actividad de los partidos políticos ha devenido en la confirmación de la tesis oligárquica de la democracia sostenida por Michels[4], a partir de la publicación de su libro en 1911, cuando la Primera Guerra Mundial estaba por estallar, libro en cuyo prefacio a una publicación posterior en plena Guerra, señalaría que:

Desenmarañar y formular en detalle el complejo de tendencias que' se oponen a la realización de la democracia, son cuestiones de dificultad suma. Podemos intentar, sin embargo, el análisis preliminar de ellas. Encontraremos que son clasificables en tendencias que dependen: 1) de la naturaleza del individuo humano; 2) de la naturaleza de la lucha política; y 3) de la naturaleza de la organización. La democracia conduce a la oligarquía, y contiene necesariamente un núcleo oligárquico. Está muy lejos de la intención del autor, al formular este aserto, el propósito de enjuiciar a ningún partido político, ni a sistema alguno de gobierno, para que respondan a una acusación de hipocresía. Esa ley, característica esencial de todo conglomerado humano que tiende a constituir camarillas y subclases', esta, como toda otra ley sociológica, más allá del bien y del mal.

 

El estudio y el análisis de los partidos políticos constituyen una rama nueva de la ciencia. Ocupa un lugar intermedio entre las disciplinas sociales, filosoficopsicologicas e históricas, y bien podría ser considerada como una rama de la sociología aplicada. Ante el desarrollo actual de los partidos políticos, el aspecto histórico de esta nueva rama de la ciencia, ha merecido una atención considerable. Hay trabajos escritos acerca de la historia de casi todos los partidos políticos del mundo occidental; pero cuando llegamos a considerar el análisis de la naturaleza del partido, encontramos que este terreno es casi virgen. La meta de este trabajo es llenar ese claro de las ciencias sociológicas.

Si al contexto que acá desarrollamos, incorporamos un elemento de orden geopolítico en correspondencia con la geopolítica global del momento en donde Venezuela va apreciándose en nota de balcanización al igual que en los orígenes de aquella confrontación militar cuyo inicio se produjo en Bosnia, una región territorial de Los Balcanes Occidentales, entonces pareciera que hemos de esforzarnos por atinar respuestas que solo una buena batería de preguntas, formuladas al margen de la ortodoxia partidista, pudiera darnos luces sobre nuestro provenir. Amén de esa situación asumamos las coincidencias actuales de nuestra realidad con los sucesos que persisten en Birmania y los retrocesos experimentados por las democracias en cuanto sistema democrático mundial y estaremos ante un panorama político que por lo que veo acerca de sus diarias actuaciones, pareciera que los dirigentes no se dan por enterados, algunos por omisión, lo confieso, otros, por su crasa ignorancia, lo afirmo.

La sociedad civil está obligada a prepararse porque no sabe cuándo ni como pero es evidente que más pronto que tarde, el testigo estará en sus manos. Entonces y desde ya hemos de preguntarnos: ¿Sociedad Civil, quo vadis?

 



[1] CARRERA Iñigo Juan (2013). El capital: razón histórica, sujeto revolucionario y conciencia. En Colección Teoría Critica y Cultura. Imago Mundi. Argentina. [Documento en línea] Disponible en: https://cicpint.org/es/inigo-carrera-juan-2003-el-capital-razon-historica-sujeto-revolucionario-y-conciencia-imago-mundi/ Consulta realizada el sábado 24 de abril de 2021

[2] TORRES Esteban (2021). La gran transformación de la sociología. En la Sala de Lectura de CLACSO. [Documento en línea] Disponible en:  http://biblioteca.clacso.edu.ar/gsdl/cgi-bin/library.cgi?e=d-11000-00---off-0clacso--00-1----0-10-0---0---0direct-10---4-------0-0l--11-es-Zz-1---20-about---00-3-1-00-0--4----0-0-01-00-0utfZz-8-00&a=d&c=clacso&cl=CL3.4&d=D16092  Consulta realizada el sábado 24 de abril de 2021

[3] REY Juan Carlos (1999). La democracia venezolana y la crisis del sistema populista de conciliación. [Documento en línea] Disponible en: file:///C:/Users/Familia%20M&R/Downloads/Dialnet-LaDemocraciaVenezolanaYLaCrisisDelSistemaPopulista-27121.pdf Consulta realizada el lunes 22 de marzo de 2021

[4] MICHELS Robert (1979). Los partidos políticos. Un estudio sociológico de las tendencias oligárquicas de la democracia moderna. Tomo I. Amorrortu [Documento en línea] Disponible en: https://mcrcalicante.files.wordpress.com/2014/06/los-partidos-politicos-robert-michels.pdf Consulta realizada el domingo 25 de abril de 2021

lunes, 12 de abril de 2021

Venezuela 2021: ¿Bajo qué escenarios llegamos al 19 de abril?

Venezuela  llega al  19 de abril de año 2021,   al  comienzo de la segunda década del siglo XXI, en una situación de  depauperación de los diferentes escenarios de su realidad en lo político, desde las posibilidades de  solución al problema interno,  ahora en  situación  de  progresivo deterioro geopolítico  interno,  en lo externo ya  es evidente,   ante los sucesos que en las últimas semanas han venido ocurriendo en los estados fronterizos con Colombia, caso de Apure y Táchira.

Lo que habría sido teóricamente manejado como perdida de gobernanza se aviene ahora en unión, a la ya existente carencia de gobernabilidad en un territorio que de acuerdo con las más recientes informaciones, apuntan un abandono de las operaciones militares en la zona, que ahora habría que dilucidar esta si se trata de una jugada táctica, el replanteamiento de objetivos estratégicos o, si se trata definitivamente del abandono de las operaciones en la zona, lo cual resultaría sumamente grave por cuanto abriría camino a escenarios nada deseados, como los son posibles situaciones de secesionistas como algunos han venido planteando, lo cual nos afectaría directamente en el caso del estado Bolívar y la región Guayana.

De mayor gravedad respecto a otras consideraciones, si se tiene por hecho que en cuanto a las zonas fronterizas con Colombia, en algunos escenarios de confrontación alrededor de los mojones que la delimitan a uno y otro lado, en el caso territorial venezolano la voz cantante la lleva y ejecuta el denominado Tren de Aragua. Mi mente es rodeada por una idea, la declaratoria, aun cuando fuere parcial y diferencial, con base en los artículos constitucionales 337, 338 y 339 del estado de excepción correspondiente a la conmoción interior y e incluso exterior.

En lo económico, la hiperinflación ha continuado su avance indetenible. En veintidós años no se ha dispuesto de la voluntad política necesaria para dar satisfacción en el marco de exigencias nacionales, a leyes conducentes al crecimiento y desarrollo del país en esta materia.  No se han establecido verdaderas políticas públicas derivadas de las leyes especiales de habilitación que para promulgar leyes decreto en materia económica y financiera o en situación de estado de excepción y emergencia económica, se han venido sucediendo desde el año el 26 de abril de 1999, de manera tal que permitiesen equilibrar la situación y disminuir el deterioro mediante abatimiento de los indicadores macroeconómicos y políticas orientadas hacia mejoras en lo microfinanciero, cada vez más difíciles de manejar sin que de ello derive más que una realidad recurrentemente más comprometida para los que cuentan con menor  disponibilidad y acceso a recursos, que les permitan sobrellevar tan pesada rémora a las espaldas. No hay crecimiento ni se vislumbran posibilidades de ello hacia el corto y mediano plazo, sino por el contrario, el deterioro de los escenarios económicos en medio de la actual  puja dinámica por el control del Sistema Capitalista Mundo/Globo/Planeta.

En lo sociocultural la realidad se ha desdibujado, desde los caminos esperanzadoramente asfaltados del  desarrollo que existían y sombrearon el país entre desde 1958 hasta comienzos de la década de los setenta, hasta la pedregosamente oscura ciénaga que en lo comparativo lleva a ver nuestro futuro reflejado en las imágenes mezcladas y sombrías llegadas desde la Cuba socio – marxista, obra de los hermanos Castro;  y del culto obligado al reyezuelo, so pena de muerte, que observamos en la situación interna de Corea del Norte. En ambos casos, sociedades deconstruidas bajo régimen de dominio, sometimiento  y control militar  de la población. Más que dictaduras de nuevo cuño, auténticas tiranías abiertamente contrarias a los valores universales de la libertad y desarrollo independiente del hombre en un contexto de evolución civilizatoria fundada en el conocer y saber, hacer, tener y convivir para ser.

No solo se trata de la situación de los servicios públicos en general: Agua, electricidad y alumbrado, transporte público, abastecimiento de aguas blancas y deposición de aguas negras, suministro de gas, acceso al combustible que mueve el parque automotor en cuanto gasolina y diesel, comunicaciones e internet y telefonía móvil e incluso los servicios de televisión por cable y en general infraestructura en términos de carreteras y vías de circulación terrestre, dotación hospitalaria y adecuación de la infraestructura y realidad educativa de todos los niveles a la crisis de salud pública que por estos tiempos recorre el mundo.

Todo lo anterior asociado a dos factores que se constituyen con aquel, los tres jinetes del apocalipsis: Seguridad de personas, bienes, jurídica  y de propiedad privada, y el acceso a los alimentos y medicamentos en el contexto de la pandemia. Vale destacar respecto a esta última, que ha servido de base a los avances de la usurpación y régimen de facto hacia la tiranía, utilizándola como distractor o como elemento de terror cuando las circunstancias se prestan a ello y lo hacen necesario desde la perspectiva de su sostenimiento en el poder. Digan lo que digan, dígalo quien lo diga desde esa acera, nadie les cree, lo cual es altamente peligroso en materia de salud pública, sumando ahora como amenaza que no habrá vacunación masiva ni se permitirá el ingreso de vacuna alguna, aun en condiciones de la crisis humanitaria compleja que se viven en el país, cuando ya todos los jerarcas lo han sido y además se vierte en cara de la población venezolana, que la asistencia cubana en el país ha sido totalmente protegida.

Ahora bien, la confluencia que refleja la realidad venezolana anteriormente descrita que, aunque someramente, expresa la profundidad de los factores implícitos en la situación de anomia social en la que ahora desemboca la crisis venezolana, poniendo en boca el sabor de una disolución posible del Estado Venezolano, cuestión que por ahora estaría fuera de todo contexto geopolítico global si bien en el ámbito de lo regional resultaría en expresiones gananciales para esa región del mundo que integran Asia y África, queriendo dejar atrás la supremacía norteamericana y el estado de bienestar para su población, bajo amenaza desestabilizadora de la espada de Bolívar y el Foro de Sao Paulo en su recorrido por América Latina, patio trasero de la aun primera potencia mundial. Una cuestión que así ha sido considerada en recientes declaraciones del Secretario de Estado del gobierno de los Estados Unidos al señalar a Venezuela como tal, respecto a la seguridad y hegemonía de la América del Norte.

Ahora bien, en cuanto a la situación interna, aquella realidad exterior asociada a intereses y objetivos supranacionales que necesariamente conectan con esta, ubica un posible escenario de confluencia respecto al estado de excepción; alarma en lo sociocultural, emergencia económica a efectos del ingreso de recursos financieros y sus aplicaciones y conmoción interna  y externa  en lo político – militar y control territorial que, si bien elevan costos de permanencia en el poder por parte de la usurpación y régimen de facto, disminuyen los costos de salida ante una eventual negociación que en todo caso y a todo trance, tiene ya como interlocutores, casi que exclusivamente actores internacionales. Los venezolanos son convidados de  piedra, mirones de la partida de domino que se ejecuta sobre la mesa.

El actor externo de mayor jerarquía ha señalado, al lado de quienes le acompañan que la restitución de la democracia y el Estado de Derecho en Venezuela pasan por una salida constitucional, pacífica y electoral basada en procesos comiciales auténticos, libres y creíbles donde lo presidencial y de representación al parlamento nacional constituyen base de la argumentación definitiva. Sin embargo esto no es apreciado de esa forma por parte de actores políticos internos, particularmente en el caso de los partidos políticos que incluso y no es para nada secreto, han jugado a la desestabilización de la figura de Juan Guaidó, pese a que por todas las vías e instancias internacionales han sido suficientemente informados que sin Guaidó a la cabeza, no hay procesos ni entendimientos que valgan, y punto.

Y es que resulta inentendible para cualquiera de nosotros, que ante los avances de la sociedad civil, esto es, la población sin compromiso y militancia partidista, los partidos políticos, que se encuentran viviendo una crisis adicional dentro de la crisis cual es la pérdida de apoyo, reconocimiento y credibilidad ante la población que de ellos se siente engañada y decepcionada, se empecinan en colocarle gríngolas para conducirla en su provecho particular a los escenarios que ellos consideran han de ser los que finalmente prevalezcan en el país, razón por la que la paciencia aliada ha establecido que el apoyo y vinculo de primera línea es con Guaidó, no hablan de partidos políticos y menos aún de su, en la realidad actual, supuesta hegemonía sociopolítica.

De hecho el tema ha subido a la mesa de la opinión pública al calor de una pregunta sobre la cual, nos corresponde elaborar respuesta: ¿Pueden las organizaciones de la sociedad civil sustituir a los partidos políticos?  Esta reflexión es parte de la elaboración de mi respuesta en tanto ser libre pensante sin otra atadura al pensamiento que la derivada de mis personales e íntimas convicciones. Continuare.

 

 

sábado, 27 de marzo de 2021

Oposición chapucera venezolana y los candidiotas

Recién iniciada la pandemia actual, una pensadora española escribía en El País, un artículo en el que definía el comportamiento de los covidiotas, como los bautizo, en tanto aquellas entidades humanas que ponían en riesgo de contagio pandémico-covideo a los demás, dada su poca capacidad de filiación social en resguardo de todos, ante los peligros ya avizorados en aquel momento  cuando recién comenzaban a manifestarse los primeros estragos del virus SARS-CoV-2, causante de una nueva enfermedad de contagio inter humano con síntomas asociados a insuficiente capacidad de respuesta del sistema inmune ante el ataque de la infección,  centrado fundamentalmente en el sistema respiratorio.


En España, luego de un año de cuarentena, el turismo no levanta, la escolaridad presencial se encuentra en porcentajes muy bajos de actividad y dado que habrá elecciones para escoger al nuevo líder público de la Comunidad de Madrid, los candidatos comienzan a preparar su subida al escenario de la campaña electoral que se avecina. De hecho, Pablo Iglesias acaba de renunciar posiciones en el gobierno español para convertirse en aspirante a Alcalde de Madrid, así, sin medias tintas que ya no caben porque la estructura es virtual, sobre cristal líquido como el contexto cultural actual de la civilización humana, según lo sostenido por Zigmunt Bowman, autor de la teoría de la sociedad liquida.


Mientras eso ocurre en la Madre Patria, en la hija ilegítima, surgida de sus gritos independentistas, el cambote de la  usurpación, y sectores de la legitima oposición democrática venezolana con ansias de cohabitación porque no cabe pensar otra cuestión, entra en desespero activo por montar y ponerse en la jugada de unas elecciones chimbas, una más de todas las acontecidas desde 2013 en adelante, puestas cual caramelito de cianuro sobre el tapete de la prolongación de esta agonía que nos llevas de la mano,  ya no vemos muy bien de cuál de los bandos en pugna, celosamente atractivo de  moscas hambrientas, ahítas de reconocimiento y legitimación social ante la realidad de unos números que en las encuestas dan asomo a la posibilidad de una victoria en nada dada la indiferencia activa de la sociedad civil, pero cuya participación animaría el hacer las pases para mantener algunas prerrogativas ante la usurpación, aunque con riesgo de perder la siempre apetecida y bien vivida comunión con el indeseado y excluyente mundo gringo en el Reino de Donald, Minie y Mickey.  Son nuestros candidiotas.


Nuestros candidiotas se mueven y se muestran en campaña social, la que no realizaron durante 2019 y 2020 porque de acuerdo a lo establecido en la Constitución, este año 2021 es electoral y allí desean estar por encima de  condiciones que en nada se corresponden con un mínimo respetable y deseable de decencia electoral. Mientras, en España, Pablito está seguro de que su participación no solo es reconocida sino que, en caso de resultar ganador tendrá para si todas las consideraciones que las leyes establecen en cuanto al reconocimiento de los resultados  derivados de la participación electoral originaria de la sociedad, del Reino que habita los predios territoriales de la comunidad madrileña y seria declarado su alcalde en buena lid.


Cabe preguntarnos si aquí, la realidad democrática del Imperio Español tiene copia certificada para el caso venezolano, y la participación electoral de la legitima oposición democrática venezolana sería reconocida en términos equivalentes de respeto a la decisión ciudadana que se muestra dispuesta a votar y que solo aspira dos consideraciones consecuentes: Votar para elegir y que el resultado sea respetado tal cual y, elegir a los mejores, no necesariamente la muestra de favores y agradecimientos que presentan los partidos políticos.


Ante esa oposición chapucera, esto es quien realiza el trabajo de manera tosca y descuidada sin evidenciar verdadero conocimiento del oficio y su funcionalidad social en este caso, la chapuza de tanto candidiota ya no resulta ni preocupante ni materia de su consideración, algunos han cambiado tanto el color de gorras y franelas que su credibilidad es inexistente. Por el contrario, para la sociedad civil, sus posiciones ante la cuestión electoral no es juego ni desespero, sino evidencia de  auto reconocimiento a su dignidad humana y ciudadana en la promoción del cambio y la transformación de la sociedad venezolana frente a la globalización planetaria en el siglo XXI. En ese camino hemos de andar.


sábado, 20 de febrero de 2021

Birmania y el sudoeste asiático: Elecciones y democracia, ejemplo para Venezuela (1)

En el marco de las noticias desde la perspectiva política, el mes de febrero se inició con la información relativa al Golpe de Estado en Birmania, en términos oficiales República de la Unión de  Myanmar. Luego de diez años de ensayo democrático, el ejército retoma el mando político de la nación y detiene a la líder de la sociedad civil Daw Aung San Sun Kyi.

Esa información da la base para que Max Fisher publicase el pasado 9 de febrero en su columna The Interpreter a través del diario The New York Time, un artículo bajo el titulo ¿Qué mantiene viva a la democracia? Las incomodas lecciones de Birmania para Estados Unidos. En el establece comparación entre el funcionamiento de la democracia en Birmania y en general, señala como se funda y sostiene internacionalmente el sistema y los eventos político electorales de reciente data en Norteamérica.

Fisher pasa por encima del concepto tradicional de democracia en términos de gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo aterrizándolo en lo que realmente constituye para él, la base originaria en cuanto la implantación del sistema democrático en cualquier parte del mundo como consecuencia de situaciones en las que ´´la democracia existe a voluntad de las elites políticas, que instalan y mantienen ese sistema mientras sienten que les interesa hacerlo.´´  Cita los orígenes de la democracia en Gran Bretaña y en los Estados Unidos y toca el tema venezolano, cuando ya mentalmente me paseaba por esa idea, apuntando que su establecimiento ocurre en 1958 en razón de un pacto de las elites para permitir y proteger la democracia en nuestro país.

A decir verdad,  el planteamiento de Fisher sobre la democracia en Venezuela, se hunde filosamente en mis circunvoluciones cerebrales generando un alborozo de dudas que incitan a la búsqueda de información que por contraste ilumine mis pensamientos en relación con su afirmación. Lo primero que viene a la mente me indica que este reputado analista de la situación política internacional, asume la firma del Pacto de Punto de Fijo como la fecha en la que la democracia ve luz en nuestro país.

En efecto, en las páginas de la actual usurpación y régimen de facto establecido en el país, se lee una información que apuntala la distancia de sesenta y dos años respecto  la firma de aquel acuerdo, señalando lo siguiente:

El Pacto de Punto Fijo fue firmado el 31 de octubre de 1958 entre los partidos Acción Democrática, Unión Republicana Democrática y Comité Político Electoral Independiente (Copei) y sus líderes Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba y Rafael Caldera, pocos meses después del derrocamiento del dictador Marcos Pérez Jiménez y antes de las elecciones de diciembre de ese mismo año.  El Partido Comunista de Venezuela, clave en la insurgencia contra la dictadura perezjimenista, fue excluido del pacto por el rechazo de Copei, Betancourt y la cúpula de la iglesia católica.  Entre los puntos del acuerdo destacan el compromiso por respetar los resultados de las elecciones de ese año y la defensa del sistema constitucional.[1]

Ese documento y su firma constituyen un paso previo a las elecciones que se realizaron el 7 de diciembre de aquel año, las que dio como resultado el triunfo de Acción democrática y la elevación de Rómulo Betancourt a la Presidencia de la República para el periodo 1958 – 1963.  De allí que hayamos de estar contestes con la afirmación de Fisher en cuanto a la fecha, por una parte, y por la otra, se deja ver la presencia de las elites, aunque a primera vista no parezca que estuviesen.

De hecho, el cuestionamiento de COPEI (Rafael Caldera), más fuerte seguramente que el de Acción Democrática (Rómulo Betancourt), dado que en sintonía con ello se manifiesta la posición eclesiástica, en tanto expresión de un factor fundamental de las elites que vetan al Partido Comunista, factor importante las tareas que llevaron al derrocamiento de la dictadura, y por tanto no fuese considerado para la suscripción del mismo. Cuestión aparte lo constituye el hecho de si el Partido Comunista de Venezuela estaba de acuerdo o no con el documento y dispuesto a firmarlo.

Allí, en la firma del Pacto de Punto de Fijo, las elites están presentes, si bien los interlocutores constituyen expresión de un liderazgo político partidista curtido desde 1928 en las lides que culminan el logro de sus objetivos estableciendo la vigencia del sistema democrático como forma política de gobierno en Venezuela. Asomada el aura clerical, no faltara posteriormente, por que siempre han estado presentes desde la instauración republicana en la Gran Colombia y luego de 1830 en Venezuela, las elites militares y con menor tiempo asomados a la palestra, las elites culposas en general, aquellas de las que nos habla Luis Enrique Alcalá en libro del mismo título.[2]

Al continuar la lectura del articulo aparecerán dos nuevas disyuntivas cognitivas cuando señala que la organización popular, las protestas o las revueltas armadas no necesariamente imponen la democracia, lo cual solo es posible si la expresión de esas fuerzas colectivas ejerce suficiente presión sobre las elites circunstanciales y estas permiten elecciones y cambios como consecuencia de situaciones en las que el camino a la democracia puede representar un costo de salida menor que la represión. La otra cuestión se hace presente al considerar que es diferente vivir en un lugar donde los militares han gobernado, afirmando que la líder civil Daw Aung San Sun Kyi no se percató de ello, no lo entendió y por tanto la elite militar cancelo el ensayo democrático con un Golpe de Estado.

Luego, cuando Fisher cita a Thomas Pepinsky, politólogo, profesor e investigador en el Universidad de Cornell, me obliga a utilizar las facilidades de internet y ubicar información referente a su formación y los trabajos que ha realizado dando lugar al posicionamiento y contextualización de sus ideas en el marco de la realidad venezolana, toda vez que encuentro un título de interés comparativo, en paralelo con lo que actualmente se intenta descifrar en el país desde la perspectiva de la realidad política actual: Elections as Causes of Democratization: Evidence from Southeast Asia.[3]

Asumo el texto y me sumerjo en su lectura y análisis. De allí el título de esta secuencia de entregas a las que he bautizado como Birmania y el sudoeste asiático: elecciones y democracia, ejemplo para Venezuela. Toca la realidad birmana, y por comparación apreciamos aristas coincidentes con nuestra realidad sobre las que bien vale el esfuerzo intelectual de una visualización que pueda ser de utilidad para interpretar lo que ahora ocurre en Venezuela. Es lo que puedo aportar a la causa de nuestra reinstitucionalización en el camino hacia la recuperación de la vigencia plena de la democracia, aun la inspirada por las elites culposas, ya que es a nosotros a quienes corresponde ubicar a cada quien en su pedestal, nicho o cesto de los papeles que ya no tienen utilidad alguna en nuestro devenir. Continuare.



[1] Ministerio del Poder popular para el Ecosocialismo (2020). Hace 62 años se firmó el Pacto de Punto Fijo. Página web Gobierno Bolivariano de Venezuela. [Documento en línea] Disponible en:  http://www.minec.gob.ve/hace-62-anos-se-firmo-el-pacto-de-punto-fijo/  Consulta realizada el viernes 19 de febrero de 2021

 

[2] ALCALA Luis Enrique (2012). Las elites culposas. Memorias imprudentes. Un cuarto de siglo de política venezolana. Libros Marcados. Caracas.

[3] MORGENBESSER Lee y PEPINSKY B. Thomas (2018) Elections as Causes of Democratization: Evidence from Southeast Asia (with Lee Morgenbesser). Comparative Political Studies, forthcoming. [Documento en línea] Disponible en: https://journals.sagepub.com/doi/pdf/10.1177/0010414018758763 Consulta realizada el viernes 19 de febrero de 2021

 

domingo, 17 de enero de 2021

Las miserias del historicismo popperiano niegan la construcción del futuro posible a partir de la planificación

Como  diría  el  Citizen desde su mayamera  existencia ´´al final de día´´ no  se  qué  subiré  a  las redes este domingo, si lo que inicialmente me había planteado como tema desde la multiplicidad de notas recopiladas esta semana que termina o, las ideas que la lectura de Antonio Arraiz Lucca sobre Karl Popper, publicadas en la página Proyecto Base, coloca frente a mí.

En efecto, la afirmación categórica de Popper en cuanto al historicismo, en cita que tomo del propio Arraiz Lucca 2020, señalando su visión de aquel en el contexto de las Ciencias Sociales, me llevan a elucubrar acerca de la idea que he colocado como título a esta reflexión:

“Entiendo por ‘historicismo’ un punto de vista sobre las ciencias sociales que supone que la predicción histórica es el fin principal de éstas, y que supone que este fin es alcanzable por medio del descubrimiento de los ‘ritmos’ o los ‘modelos’, de las ‘leyes’ o las ‘tendencias’ que yacen bajo la evolución de la historia.” (Popper, 2002:17).

Si como afirma Popper, es cuasi imposible predecir el futuro, vale preguntarnos si de manera cierta será posible construirlo. Y viene a cuento en mi memoria debido a que en el ámbito de la planificación partimos de una idea sentada en la utopía deseada, lo que el habla común considera el deber ser.

La planificación tradicional fundamentada en el determinismo considera el estado inicial de la realidad concreta y un estado o situación final hacia donde se avanza mediante acciones guiadas y presididas por la planificación en la ejecución de un recorrido en perspectiva. La planificación estratégica situacional llego en su momento para ir más allá de la flexibilidad de los planes e introducir la contingencia como un elemento que vendría a formar parte de lo cotidiano en el arte de visualizar e intentar la concreción de la realidad soñada.

La evaluación de las condiciones de avance hacia el cumplimiento y logro de fines, objetivos y metas adquieren en esos modelos sustitutivos de lo normativo e imperativo de la planificación, tal cual la conocíamos en la Venezuela democrática representativa, birretes de senda única cuyo tránsito en cuanto ruta establecida nos ubicaría en segundo estadio de la realidad cumplidos los lapsos establecidos. Ello, lógico es pensarlo ahora, en tanto rémora del positivismo mecanicista newtoniano que se había instalado en Venezuela desde las primeras décadas del siglo XX.

Desde esa lógica de la planificación vieron luz los planes de Betancourt (1958 – 1963), Leoni (1963 - 1968) y Caldera (I: 1968 - 1973), en sus planes quinquenales y nacionales. Cuando por primera vez llega Pérez a la Presidencia de la República (1973 - 1978), viene con él un joven imbuido de nuevas ideas respecto a dos cuestiones de interés para el desarrollo de un país como el nuestro. La importancia de la ciencia y la tecnología en función del desarrollo y con ello la socialización del academicismo de los investigadores, cosa sobre la que ya Marcel Roche se había expresado en cuanto la responsabilidad social de la investigación científica y tecnológica en esta Tierra de Gracia; la otra cuestión en mente de Carlos Raúl Matos Azocar eran los nuevos paradigmas de la  planificación y su aplicación a las necesidades de cambio y transformación de la realidad venezolana.

Cuando estuvo al lado de Pérez, Carlos Raúl dio curso a la realización del Primer Congreso Nacional de Ciencia y Tecnología y la creación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONICIT). Posteriormente, a Matos Azocar  le correspondió actuar como Ministro de Planificación de Lusinchi (1983 - 1988) cuando este sustituyo en la presidencia a Herrera Campins (1978 - 1983) y en cumplimiento de esas funciones, propone el primer plan nacional con base en lo estratégico y situacional.

Carlos Andrés (II: 1988 - 1993) intenta ir más allá de aquellos avances, los cuales finalmente no logran concretarse ante la irresponsabilidad de sus compañeros de partido que optan por cerrar el paso a importantes reformas conducentes a un modelo de sociedad liberal y por tanto más abierto y fundado en la competitividad, logrando mantener el responso populista que ya había dado muestras de naufragio desde su base sostenida en el modelo de renta de la tierra del que Asdrúbal Baptista afirmara en su oportunidad, constituye ejemplo de modelos que se agotan, más aun sobre los lomos galeanicos de Las venas abiertas de América latina, Venezuela no prosperaba, no cambiaba, no se transformaba sino de manera reactiva, nunca proactiva.

Con Caldera (II: 1983 - 1988) se cierra el escenario de la democracia representativa sin que el país hubiese iniciado el camino de despegue hacia y la procura de su propio destino dado que no habiendo posibilidades de plan se opta sustituirlo por la Agenda Venezuela, listado de acciones sin aterrizaje cierto, desde donde se liberó la encarnación del mal en el peor parto histórico de la civilización humana en los tiempos de la contemporaneidad y la postmodernidad que se bate sobre nuestro país desde 1998 y aun, en estas fechas, al inicio de la tercera década del siglo XXI.

Y entonces, vuelvo sobre la pregunta que deriva de la reflexión de Popper en la pluma de Arraiz Lucca en cuanto a si es posible la construcción del futuro y el rol que en ello ha de cumplir o cumple la planificación. Más aún cuando del camino de ida entre una y otra realidad, la planificación ha saltado al camino de vuelta mediante los modelos predictivos cuya base es la futurología con sus futuribles y futurables mediante la construcción de escenarios en nota de lo posible y probable al amparo de los paradigmas empírico relativistas de la ciencia, hoy afectados por el holismo y lo complejo, me atrevo a ver hacia las nuevas vertientes del espaciotiempo que van emergiendo ante la sistematización del todo, sin que aún se perciban los primeros indicios de su superación, como no sean las especulaciones acerca de la creación de un Nuevo Orden Global.

Saber y conocimiento no son sinónimos, pero ambos son expresiones de la Hidra de Lerna y sus mil cabezas en cuanto a la reproducción y su afloramiento en los marcos de la civilización humana. Pareciera que no teniendo otro oficio que pensar y por si fuese poco, una nueva lectura difumina el deseo de saber, de conocer, y entonces buscamos nuevos derroteros para evitar la muerte súbita de nuestras neuronas. De allí que todo totalitarismo sea enemigo acérrimo de la mayor virtud humana, el pensar, crear y recrear sobre lo pensado. Así va la vida, de esa manera existo y aun Venezuela y los venezolanos no tomamos la responsabilidad de construir nuestra propia y genuina realidad de cara al futuro, todo nos ha devenido desde fuera.