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Farmacéutico. Profesor Titular en la UDO. Consultoría y Asesoramiento en planificación, organización y gerencia. Coaching. Políticas públicas. Estudios de especialidad, maestría y doctorado.

domingo, 17 de septiembre de 2023

Candidatura presidencial de la oposición 2024 (I)

 Que no se repita…

Revisando la mensajería que llega a través de la plataforma X vía twitter, observo uno que de inmediato me lleva a recordar lo que constituye una de las tantas creencias socioculturales, impresas en nuestro hablar coloquial, que disponemos memoria corta, tendemos a olvidar los eventos más distantes en el tiempo. El mensaje expone la votación alcanzada por HRChF en diciembre de 1998 y el número de votos correspondientes a la abstención, de suerte tal que el primero obtuvo 3.673.685 mientras en el caso de la segunda, se sumaban 4.0424.729 señalan que “Así comenzó nuestra destrucción. Solo como reflexión. Saludos…” El comentario abre a una interrogante, se refiere a quien ganó la presidencia como inicio o cuestiona a los electores y les señala como responsables del comienzo d aquella.

Consecuentemente, un ayuda memoria se hace total y absolutamente necesario. Ni la una ni la otra constituyen en si una respuesta posible, no resultan en verdades aproximativas a la realidad que dichas cifras reflejan. Apenas a escasos días del acto electoral de diciembre 1998, partidos de la oposición defenestraron a uno de los candidatos y optaron por proponer el apoyo a otra candidatura cuando ya no había oportunidad para ninguna de las dos, si bien llegaron a suponer, en este mundo de imágenes y cultura del espectáculo, habría alguna posibilidad para quien representaba esa variable.

El 36,54 % de los votantes registrados no acudieron a las urnas como no lo haría el 74,74 % en el proceso electoral legislativo de diciembre de 2005 dejando al menos 152 de 167 curules parlamentarias nacionales en manos de la “revolución”. Y quien fue responsable de ambas debacles electorales, esa es la respuesta cierta detrás del twitt que refiero al principio de esta reflexión. No tenemos memoria corta, lo que tenemos es disposición analítica sujeta a los intereses tácticos y no a los estratégica e históricamente necesarios, abandonados en aras de intereses particulares inherentes a quienes han pretendido estar por encima del bien y el mal asumiendo que la población venezolana en su mayoría no es pensante, considerándola en su integración por eunucos intelectuales.

El escenario que se abre al país a partir del próximo 22 de octubre resulta inconveniente para muchos de los que se ubicaron sobre las aceras de la desestabilización candidatural de diciembre de 1998 o la abstencionista de diciembre de 2005, algunos de aquellos actores pretenden ahora, en algún caso por propio interés, en otros, en asociación, patrocinados o azuzados por la “revolución”, abortar el proceso electoral de primarias de la oposición a concretarse en la fecha anunciada. Nuestra responsabilidad, apoyar su realización y generar una candidatura.

Quien gane, representara la opción presidencial de la oposición democrática venezolana de cara a la posibilidad cierta de recuperar nuestras responsabilidades ante la construcción de nuestro destino, sin el oprobio y control social que no corresponden al ámbito de los estrictamente democrático. No se trata de cambiar el color de la camisa y la gorra manteniendo las mismas mañas. Se trata de un giro radical de ciento ochenta grados. No vale equivocar el camino.