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Farmacéutico. Profesor Titular en la UDO. Consultoría y Asesoramiento en planificación, organización y gerencia. Coaching. Políticas públicas. Estudios de especialidad, maestría y doctorado.

lunes, 29 de agosto de 2022

Lo humano, siempre detrás de la realidad

… también repruebo a quienes detestan a los que escriben memorias o diarios.

Que cada uno escriba lo que necesite o suponga que se le da bien o que le viene bien.

Que cada quien emplee sus días y los sopese como mejor le venga en gana.

Joaquín Marta Sosa ¿Qué hacer con la vida? Fragmentos

(Papel Literario de El Nacional, agosto, 28 de  2022 (p. 1)

 

Tenía en mente otro comienzo para este cuento. Al respecto y de repente surgen dos ideas diferentes, la una derivada de la percepción que en mi capacidad de pensar genera el adverbio detrás al escribirlo; la otra, del parecido de Joaquín Marta Sosa con la figura del sacerdote jesuita, actual Papa Negro de la congregación, Arturo Sosa. Me dejo llevar por la similitud en uno de sus apellidos y me pregunto si constituyen vidas de un mismo origen genético aunque se encuentre ramificado. Así es la vida.

Leo el contenido desarrollado por Marta Sosa a propósito de su presencia como figura principalisisma en el último número del Papel Literario de El Nacional, recibido en el repique informativo que originalmente deviene de Nelson Rivera. Edición del 28 de agosto pasado.

El epígrafe corresponde al primer párrafo de su escritura en el que aborda la cuestión de las memorias autobiográficas y los diarios como expresión de la egolatría humana. Es una cuestión que tal cual comparto a la vez que caigo en cuenta de que, de una u otras formas he intentado hacer de ambas una expresión de mi existencia. Entro en cuenta de la supina contradicción dialéctica en la que he basado hasta ahora los referentes del posible legado, no a la humanidad, sino al menos a mis familiares más cercanos: hijos, nietos y hermanos. Se aprende viendo, leyendo y también, escuchando, oliendo y tocando, pensando y reflexionando. Percepciones propias que nos llegan desde la eventualidad de la realidad.

Difícil ubicarse ante el hecho de que, como el mismo lo narra, a sus cuatro años de edad y habiendo nacido y vivido esos primeros años de existencia en el medio rural, no conociese la mantequilla. Y es que la vida no siempre es lo que suponemos haya sido o sea para todo humano. Por eso en este momento estoy escribiendo desde la intimidad del dolor que se genera en el rechazo, no por el rechazo en si, sino más bien por la forma en la que personas de elevado copete lo manifiestan. Los hachos, los actos de vida y las palabras, hieren, y hieren fuertemente para bien o para cuestiones menos buenas, dejan huellas en el alma humana. Ya lo hare explícito.

Dice Marta Sosa que nuestro saber, va siempre por detrás de la realidad, “… siempre sabremos menos que la realidad.” Tomó conciencia de que su familia era pobre y el también lo era en ese contexto. Va tejiendo ideas respecto a su vida en el seno revolucionario y la toma de conciencias en cuanto el existir, cuestión esta muy diferente de la vida.

Vida y existencia constituyen para mí, cara y cruz de la misma moneda, cohabitan permanentemente sobre el mismo soporte. La vida es lo biológico, se fundamenta en hábitos y costumbres vinculados al soporte de la salud; el existir, me atrevo a decirlo así, es de base filosófica en tanto modo de vida. Ambos suman en la necesidad de los equilibrios biopsicosociales y ecológicos que constituyen la salud humana, al menos en el plano de las definiciones teóricas.

Ahora bien, delante de cada uno de nosotros ubicamos la realidad está frente a nosotros y simultáneamente formamos parte de su integración, nos encontramos sumidos en ella. La apreciamos desde una perspectiva propia que viene determinada por lo que cada uno es en el devenir civilizatorio y evolutivo individual e íntimo en el aquí y el ahora. Y estamos sumergidos en ella desde la construcción social determinada por el todo integrado desde todos y cada uno de los seres humanos, no solo los que viven en la actualidad sino de aquellos que ya no están en este plano.

Es en ese contexto donde cada uno procura sus verdades, verdades que aun siendo propias o colectivas jamás dispondrán el absoluto de tal cuestión. Es desde allí que comparto lo expresado por Marta Sosa en cuanto a que los humanos estamos siempre por detrás de la realidad aunque nos ubiquemos epistemológicamente detrás de aquella. Por ello, siempre lo humano detrás de la realidad. La existente y la que cada quien construye.

Cuando logramos pleno acceso a lo que interpretamos en términos de vida y de existencia, de realidad y de verdad, despertamos ante la sabiduría, es mi forma de verlo e interpretarlo. Y es allí, en ese momentun de encuentro por parte de esas cuatro dimensiones en las que el hombre, generativamente hablando, salta de manera cuántica al encuentro del SER, un locus al que no todo humano accede. ¿Se entiende la diferencia? Todos los humanos somos diferentes y distintos pero, como dirían los jóvenes de las nuevas generaciones, lo que genera roncha, es que muchos, por elevado que sea su copete aun reptilan; a lo sumo pueden haber alcanzado el estatus del póngido, homínido evolutivo que al perder la cola, se constituyó en preludio del homo sapiens.

La cuestión para mí, no es lo que nos pasa en la vida y el existir, sino que hacemos con lo que nos ocurre en la vida y lo que hacemos para la construcción de nuestra existencia. ¿Qué hacer con la vida? Pregunta Marta Sosa, cada quien tiene y es dueño de sus respuestas.

 

Bismarck Ortiz Rondón

Ciudad Bolívar, agosto 29 de 2022

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