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Farmacéutico. Profesor Titular en la UDO. Consultoría y Asesoramiento en planificación, organización y gerencia. Coaching. Políticas públicas. Estudios de especialidad, maestría y doctorado.

domingo, 28 de septiembre de 2014

Fraga, amor humano; Séneca, el aquí y el ahora (I)



Cuando el modelo de gobierno que rige actualmente en Venezuela se instaló en el poder, decidí dejar de escribir la columna dominical que mantenía en el diario El Expreso de Ciudad Bolívar. Luego publique una que otra vez hasta que finalmente deje de hacerlo. Se titulaba “En el aquí y el ahora” y en ella comentaba sobre los textos y libros cuya lectura semanal concluía, una que otra nota política e incluso alguna receta de cocina y comentarios acerca de películas que llegaba a ver y analizar. En diferentes momentos posteriores he intentado retomar esas reflexiones pero que atraviesan los diarios con el papel periódico han desarmado mis motivaciones al respecto.

Sin embargo, un par de las últimas lecturas realizadas me traen de vuelta. El uno, ¿Qué paso con nuestro amor” de Carlos Fraga (2009)[1] y “Sobre la brevedad de la vida” de Séneca, con prólogo de Francisco Socas (2011)[2]. Dos libros que bien pueden ser  apreciados en términos de un viaje. Un maravillosos viaje que va desde la interpretación del amor en términos humanos hasta la sentencia de no malbaratar el tiempo, único capital propio que cada quien dispone desde el momento que su existir queda registrado e instalado en este mundo. 

Interpretar el amor desde lo humano, más allá del amor mágico que nos vuelve locos en la juventud, no es una tarea fácil, particularmente cuando nos toca en carne viva y por una u otra razón hemos de lidiar con él. Por otra parte, la cuestión del tiempo, del cual señala Séneca, es más el que perdemos que el realmente aprovechamos en procura de una existencia superior, nos mueve a pensar en nuestra cultura de la vida y de la muerte como antípodas de un mismo juego en el que la una se acerca mientras la otra avanza.

Amar en términos sanos y maduros requiere una alta dosis de trabajo, que ha de realizarse en el aquí el ahora permanente de la relación. Un proceso doloroso en el que si caemos hemos de levantarnos y continuar l tarea porque al final del camino, al término de ese inacabado proceso, alcanzamos, también en “tempo” presente, la más humana de todas las verdades, la verdad del amor. Son dos temas cuya posibilidad de asociación reflexiva luce verdaderamente interesante y por tanto vale la pena intentarlo, a eso voy.

Bismarck Ortiz Rondón
Ciudad Bolívar 28 de septiembre de 2014




[1] Fraga carlos (2009) ¿ Que pasó con nuestro amor? Pomaire. Caracas.

[2] Séneca L. A. Sobre la brevedad de la vida. Con Prólogo de Francisco Socas. Clásicos. La esfera de los libros. España.

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