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Farmacéutico. Profesor Titular en la UDO. Consultoría y Asesoramiento en planificación, organización y gerencia. Coaching. Políticas públicas. Estudios de especialidad, maestría y doctorado.

lunes, 8 de agosto de 2022

Estado de Derecho, Independencia de Poderes y Soberanía Nacional

        I.                    Introducción

A los efectos de dar lugar a la consideración de estos conceptos, vale partir de una definición de cada uno de ellos. En conjunto determinan el curso institucional de nuestro Estado – Nación tal cual se encuentra establecido en la Constitución de la República de Venezuela[1]. Se trata de un documento de evidente carácter jurídico – político, quedando establecido sin ninguna duda, que aquella es la base del entramado legal que soporta la convivencia de y en la sociedad venezolana a título de contrato social en el seno de la nación.

II.                 Contexto

Como contexto inicial plantearemos tres premisas que nos permitan una caracterización,  grosso modo, de lo que ha sido nuestra realidad política desde 1948, año en el que se instala en el país el primer intento de vida sustantivamente democrática de corte representativo, hasta las fechas que actualmente transcurren, en el que la sustantividad democracia, al disponer una nueva Constitución para la República, modifico el carácter jurídico político del Estado de Derecho y democracia representativa que privó mayoritariamente en las constituciones que median entre 1945 y 1999, cambiando su conceptualización al plano del Estado Social de Derecho y la participación ciudadana, otorgándole empoderamiento directo mediante los caracteres de la participación y el protagonismo popular.

Esas premisas devienen de la consideración de algunos documentos presentados del politólogo y docente e investigador Juan Carlos Rey[2], a saber:

·         La evolución de los partidos políticos en la Venezuela de los siglos XIX y XX

·         El sistema de movilización de masas (1945 – 48), la crisis populista del sistema político de conciliación (1958 – 1980) y la  crisis populista del sistema de representación política (1980 – 2022).

·         Tipología de los gobiernos venezolanos desde 1948 a 2022 y, “la creación de un sistema de desplazamiento del Estado de Derecho y  la vigencia sustantiva de la democracia en tanto potencia a ser sustituida por un Estado de corte totalitario, a estas alturas del tiempo con perfiles de Estado fallido y Estado forajido”[3].

Estas consideraciones pueden o no resultar pertinentes, dependiendo del norte que pretendamos establecer como camino del país hacia su reinstitucionalización democrática mediante el fomento del cambio, a través del salto cuántico de habitantes a ciudadanos en el seno de la población para la transformación del país en contextos caracterizados por la dinámica y profundidad del desarrollo tecnológico implicados en el metaverso y el espaciotiempo, cambios políticos que implican reducción de los indicadores mundiales de la democracia planetaria y avances significativos, particularmente en América Latina, de las corrientes del populismo y el progresismo asociados al globalismo que pretende avances hacia un nuevo orden universal y, la necesidad de lo humano encaminado hacia una convivencia superior del ser en tanto nuestro desarrollo evolutivo desde las perspectivas de la comunidad internacional.

III.               Definiciones

1.      Estado de Derecho.

El Estado de Derecho es una concepción que resulta de la evolución de la humanidad desde las cuevas del ermitaño, la asociación humana en tribus y la utilización de las manifestación de fuerza y fortalezas individuales o colectivas para someter y controlar a los otros llegando a la instauración del Estado despótico, ante lo cual y como parte de la evolución y las necesidades derivadas de la convivencia pacífica y en paz, se terminó por imponer el Estado de Derecho que, bajo el imperio de  las leyes, garantiza la igualdad de los ciudadanos de una nación regulando la convivencia y actividades humanas mediante normas de obligatorio cumplimiento para todos los entes y ciudadanos bajo la supremacía de la Constitución.

De acuerdo a la Carta Magna que nos rige actualmente, Venezuela es un Estado democrático  y social de Derecho y de Justicia que vela por vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social, los derechos humanos, la ética y el pluralismo político, entre oros valores y principios, (Articulo 2). Un Estado federal descentralizado fundamentado en la Integridad territorial, la cooperación, la solidaridad, la concurrencia y la corresponsabilidad (Artículo 4).  Con un Gobierno de carácter democrático, participativo, electivo, descentralizado, alternativo, responsable, pluralista y sujeto a mandatos revocables (Artículo 6).

“La Constitución es la norma suprema y el fundamento del ordenamiento jurídico. Todos los órganos que ejercen el Poder Público están sujetos a esta Constitución.” (Artículo 7)

2.      Independencia de poderes.

El Estado Venezolano se constituye a través del Poder Público dividido en tres niveles, a saber, Poder Municipal, Poder Estadal y Poder Nacional, a su vez, este último está subdividido en Legislativo, Ejecutivo, Judicial, Ciudadano y Electoral.  A través del articulado que define cada uno de los poderes públicos y su funcionalidad, se dejan claramente establecidas las áreas sobre las cuales, tanto en términos generales como específicos, ejercen la autonomía e independencia que corresponde a cada uno y las formas de acceder a ellos para formar parte de su membrecía, o expresar, presentar y establecer vínculos de comunicación que faciliten la actuación del Estado y sus responsabilidades ante la sociedad y, de parte de esta y sus integrantes en cuanto a los deberes y derechos que en tanto ciudadanos, han sido y son  conferidos.

3.      Soberanía Nacional.

Respecto al ejercicio de la soberanía, la sustantividad de la misma se expresa fundamentalmente en términos de lo político y de lo territorial. En el caso de lo concerniente a educación y salud, economía e integración sociocultural, existe una amplia flexibilidad que abarca un espectro en el que no hay cabida, desde el orden constitucional, para la segregación, diferenciación o exclusión de ningún tipo, cualesquiera sean las condiciones de raza, sexo, religión o pensamiento e ideas de todo tipo mientras no colidan con el espíritu, propósito y razón de lo expresamente establecido en la Constitución de la República.

La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma constitucional y jurídicamente prevista e indirectamente a través del sufragio y los órganos del Poder Público. Los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella han de estar sometidos. (Artículo 5 Constitucional)

La participación y ejercicio de la soberanía corresponde a la elección de cargos públicos, consulta popular, revocatoria de mandatos, iniciativas legislativas constitucional y constituyente, cabildos abiertos, asambleas ciudadanas así como instancias de atención ciudadana en cuanto a lo social y económico.

En el ámbito de lo territorial, la soberanía del estado Venezolano se ejerce sobre los dominios geográfico - territoriales que constituían y estaban bajo jurisdicción de la Capitanía General de Venezuela, antes de las transformaciones políticas iniciadas el 19 de abril de 1810; sujetas adicionalmente a las modificaciones que resultaren de los tratados y laudos arbitrales no viciados de nulidad y obviamente, toda modificación estructural surgida desde la libre determinación de los habitantes establecidos en un espacio territorial, y que bajo libre determinación hayan decidido ser incorporados a la territorialidad de la República de Venezuela, todo conforme a previa aprobación de la Asamblea Nacional.

También formaran parte de nuestra territorialidad, aquellos espacios terrestres de corte continental e insular, lacustres y fluviales, mar territorial, áreas marinas interiores, históricas y vitales comprendidas dentro de las líneas de base recta que ha adoptado o adopte la Republica y resulten de la propia dinámica de la naturaleza y su actividad que puedan dar lugar  a que estos surjan.

El territorio nacional no está ni estará sujeto a ser cedido, traspasado, arrendado ni en forma alguna enajenado, ni aun temporal o parcialmente, a Estados extranjeros o cualquier otro sujeto de derecho internacional. El Estado Venezolano a través de la República, es propietario de todos los yacimientos y riquezas existentes en el subsuelo correspondiente a nuestros territorios y aún más, los concernientes al ámbito aéreoespacial en cuanto nuestro espacio aéreo. (Artículos 10, 11, 12, 13, 14 y 15 de la Constitución).

La administración y ejercicio de la soberanía sobre el territorio, demanda en términos de poder público,  una división político territorial que facilite su actividad. En consecuencia se dispone la división en estados, dependencias y territorios federales y finalmente los municipios. (Artículos 16, 17 y 18 de la Constitución Nacional).

IV.              Algunas consideraciones referenciales de la praxis política nacional

La soberanía y su ejercicio corresponden a un Estado que detenta un territorio sobre el cual se asienta la población y acrisola su amalgama en el compartir de principios y valores anclados a la idiosincrasia compartida. Crisol donde se fragua la comunión espiritual de un cuerpo social que se expresa en términos de masa en lo colectivo; sobre ese cuerpo social, hoy se establece y condiciona la libertad del individuo en términos personales sometiéndolo a la voluntad del Estado. Lo primero niega lo segundo y no es parte del legado libertador de los padres de la patria.

Desde esa visión de lo colectivo, la sociedad venezolana ha sido y viene siendo arrojada hacia la precariedad material y la anomia social donde la base de necesidades empuja y ahoga hacia el piso de subsistencia establecido por Maslow[4] en su famosa pirámide de las necesidades humanas, donde cada quien deja de hacerse al comportamiento humano para satisfacer instintivamente lo necesario y actuar conforme el mundo de la naturaleza, el estado de su naturaleza según Rousseau[5]. Animales, no hombres, para lo cual se incorpora el latiguillo sustitutivo de la hombría que en tanto hombra, niega nuestro propio lenguaje y su construcción de siglos, parte del ejercicio conducente al bien conocido y vivido totalitarismo que en sus momentos experimentara en carne propia Goorge Orwell[6].

Doblegar la sociedad, someterla y controlarla, aún sin la dádiva del poder condigno, que caracteriza el ejercicio populista del poder público, vieja práctica política alentada por el vivalapepismo del póngame donde haiga que lleva a la confrontación de unos contra otros para acceder a migajas diferenciales. Una acción puesta a punto desde las altas esferas “revolucionarias” de principios de siglo entre los militantes formalmente armados, para ganar a cambio el favor de sus apoyos ante el silencio cómplice del Estado, de cara a los desafueros verde-pintos que han implicado riquezas mal habidas.

Soberanía política que reside en el pueblo, en masa trastocada en colectivo indiferenciado, sin espacios para el ejercicio de lo ciudadano y la consabida, candelita que se prende, candelita que  se apaga, negación de toda realización política de la sociedad hacia el ejercicio ciudadano, demanda de primer orden jurídico - social y despliegue propagandístico del régimen a propósito de la nueva constitución y el empoderamiento del pueblo.

 Si la soberanía reside en el pueblo y, en última instancia en cada persona que en tanto ciudadano hace uso de sus derechos, corresponde al Estado propiciar y facilitar el empoderamiento de este para que haga uso efectivo, libre y productivo de sus derechos con base de un sus propias decisiones políticas. Sin embargo, en la Venezuela de los últimos veintidós años esto no ha operado de esa manera. Base señalar que la designación de los directivos del nuevo órgano electoral como lo es el  Consejo Nacional Electoral, no ha sido legítimamente establecida en momento alguno con posterioridad a la entrada en vigencia de la actual Constitución Nacional el 24 de marzo del año 2000[7].

Por tanto, si el organismo encargado de velar por la neutralidad y transparencia de los procesos electorales no responde a legitimidad alguna bajo los cánones de la Constitución vigente, mal puede suponerse que los diferentes procesos y actos comiciales ocurridos en Venezuela desde al año 2000 a la fecha hayan estado sujetos a lo que hoy se le exige, cual es la transparencia, imparcialidad y verificación, mediante auditoria creíble de los resultados que realmente respondan al acto votación y misión de sufragios, ejercido por los ciudadanos. Esto sin entrar a considerar otros eventos que han puesto en cuestión tales condiciones al permitir que el poder del ejecutivo se entrometa e instale una situación de asimetría de todo  orden sobre todos y cada uno de los estos procesos.

Más aún, para finalizar el desarrollo de esta idea que pone en evidencia la subordinación de los poderes públicos al Ejecutivo y sus objetivos de sostenimiento del poder político, del gobierno en sus diferentes instancias y niveles y, del Estado en General, solo vale señalar las decisiones tomadas en el Tribunal Supremo Justicia a instancias del Consejo Nacional Electoral en el proceso de 2015, para evitar que la legítima Asamblea Nacional electa en diciembre de ese año, asumiera la mayoría absoluta que le correspondía conforme resultados y número de diputados electos concretando una situación de fraude en contra de los electores del estado Amazonas a quienes esquilmaron sus representantes al legislativo nacional sin que a esta fecha se hubiese producido respuesta alguna por parte del CNE o el TSJ a los reclamos formalmente realizados por la oposición democrática venezolana. ¿Puede entonces hablarse de separación e independencia de los poderes públicos en la  Venezuela actual?

Hemos de hurgar para interpretar y comprender. Para desnudar el proceso de desmantelamiento de los valores, del sentido de pertenencia ante una nueva iconografía y generación de mitos; Bolívar zambo, al igual que... o mejor expresado, como Chávez, oleado a la altura de los dioses en la generación de falsas creencias acompasadas a nueva trinidad quijotesca de la humanidad que se expresa en Venezuela, desde un sentido de grandiosas mentiras a través de una espiritualidad de corte mágico religioso en la que confluyen las figuras de  Cristo, Bolívar y Chávez, salvadores del mundo, de América y de Venezuela.

Donde se encuentran ahora, hoy, en esta hora, los archivos que resguardan nuestra memoria histórica. Ejemplos concretos en los casos del archivo de la Sociedad Bolivariana de Venezuela y los archivos del Precursor Francisco de Miranda. Fueron retirados de sus lugares de asiento tradicional. Una manera de levantar una nueva historiografía que a modo de guasa y ficción nos la presenta Francisco Suniaga[8] en su novela Esta gente donde despliega su espíritu creativo ante la situación independiente de lo que corresponde a una importante zona geográfica de nuestro provincianismo colonial, la Provincia de Margarita en reclamo de su independencia por la forma en fue suscrita por sus representes, el Acta del 5 de julio de 1811.

No se trata del fomento necesario de la historia en aras de la verdad, de confrontaciones de carácter académico entre historiadores o escuelas de pensamiento histórico nacional como es de desear, en procura de avanzar significativamente y por aproximaciones sucesivas a la verdad dentro de esta disciplina y con respecto a la realidad nacional en proceso; disciplina nueva entre nosotros desde la creación de los estudios universitarios de historia que con nueva visión de estos, han superado el positivismo dieciochesco que sirvió para la construcción descriptiva de una sociedad que vivía al amparo de las batallas y la ampulosidad militar heredada de las gestas de independencia y el posterior desarrollo del caudillismo, donde la república se consagraba como la res, propiedad de cada quien y no, ni nunca, como propiedad o pertenencia más bien,  de todos los venezolanos, en lo que corresponde a un ejercicio permanente de conculcación de nuestra historia y ciudadanía, contrarios a lo que nos planteara en tanto legado histórico referencial así como la multiplicidad de documentos suscritos por El Libertador.  

Conculcación de la soberanía ciudadana que ha tenido respuestas importantes e interesantes en momentos memorables como la derrota de la propuesta de reforma constitucional de 200X; la victoria electoral aplastante de 2015; el aprovechamiento de la fuerza del contrario en 2017 y la Asamblea Nacional Constituyente y 2018 con el adelanto de elecciones, para ganar espacios a la oposición democrática venezolana, que cristalizan en documento histórico de diciembre 2018 (Estatuto para la transición), base del gobierno transicional de 2019 a la fecha, primero por vía del interinato presidencial de 2019 a 2021 y luego, la ya feneciente Asamblea Nacional,

Si el avance no ha sido más rápido ha sido consecuencia de nuestra propia obra en el seno divisionista y la viveza criolla expresado, a título de ejemplo, en el epígrafe la oposición solo soy yo, sin que se agotarán las vías de hecho, inherentes al Plan ya establecido, bajo tácticas conducentes el logro estratégico de metas y obtención de los resultados esperados que, por encima de todo ello, se produjeron en el plano internacional como producto de un trabajo colectivo a ese nivel, el cual determinó la ilegitimidad del régimen, establecido en términos de dictadura. Un avance sustantivo y potencial hacia su caída, vector de fuerza este, que no ha sido trabajado colectivamente en cuanto al objetivo de cierre en este marco temporal, la superación de la dictadura del totalitarismo internacional que actúa de facto en Venezuela para desde aquí, penetrar a toda América Latina y debilitar las fuerzas de occidente desde los sitios virtuales de ataque en el Oriente Medio, Rusia y China, en sus intentos de subvertir el orden actual en el Sistema Mundo Capitalista hacia variantes sucedáneas de la geopolítica mundial por parte del globalismo y el progresismo en la construcción de nuevas hegemonías como parte de las tramas inherentes a un nuevo orden universal.

Victorias recientes llaman a la reflexión y mantener los avances, electoral y políticamente significativos porque las victorias y el avance han continuado. Somos una oposición democrática en Victoria sobre y en contra de la dictadura. Victorias estratégicas, aun sin concesiones tácticas significativas sobre los dominios del régimen madurista, expresión universal de contrapolitica y antisociedad. La oposición está victoriosa, solo que no ha podido ensamblar una narrativa y un discursos convincentes hacia la sociedad en general, ni siquiera hacia su propio seno.

En ello, los ejemplos más recientes en cuanto expresión fáctica de resultados se disponen en los casos de Barinas, y en la UCV así como en el avance de los trabajadores, cuya situación general sin distingos en cuanto ámbitos y división sectorial del trabajo, pone hoy en evidencia la disposición de suficientes elementos que, a título de hitos, pueden llevar a la consolidación de detonantes concretos para el cambio y ejecución de desarrollos políticosociales de base, necesario para mantener y dar nuevos empujes, en estos tiempos de agitación nacional e internacional y  de mano con el resto de la sociedad civil para la confrontación, contra las fauces militar - totalirarizantes que rigen hoy en Venezuela.

¿Cómo se encuentra hoy el trabajo en la gobernación de Barinas? ¿Cómo se continuará abonando el terreno de las luchas universitarias en contra del estado nacional de cosas expresado en el régimen actual? No se deben ni se han de permitir errores, ni la repetición de los ya sucedidos, ante ello hay que dar ejemplo y actuar conforme el perfil del país, la sociedad y la democracia que mayoritariamente estamos deseando los venezolanos, vencer el hambre política para concretar sueños reales y valederos.

El mundo del trabajo, los trabajadores del oriente y sur del país están aquí, en esta actividad, aportando su cuota de esperanzas y posibilidades. Pueblo, en Barinas; estudiantes en la UCV, trabajadores en este acto; sociedad civil abriéndose espacios que no pueden degenerar en pugna contra los partidos aunque si, en alianza con estos para completar la armazón de una triada que, a contraparte de la ficticia trinidad concebida para encadenarnos como pueblo- masa, está se encuentra disponible y dispuesta para romper las cadenas del oprobio que nos asfixia y entronizar la libertad del individuo y de los entes que conforman la vida colectiva en nueva fragua configuracional de su estructura para convivencia democrática.

V.                 Pensamiento, narrativa y actitudes para el cambio y transformación del país

El discurso revolucionario con miras totalitarias expresado en términos de la neolengua del poder[9], ha hecho mucho daño a la sociedad venezolana.

Una nueva narrativa de oposición no parte de los cambios internos que las organizaciones que operan en el ámbito de lo público, o sea, de lo político y en la política con miras a dirigir la sociedad, vienen ejecutando en su seno, ese es un paso importante, el primero que solo mueven a cambios de jerarquía, de posición y de niveles en cuanto personeros y miembros de las mismas. Cambio de figuración sobre la estructura que les es propia. Eso es conveniente y necesario como mensaje democratizador aunque no necesariamente de pulcro talante democrático tal cual se han generado algunas de esas circunstancias de trabajo al interior de sí mismas. No se trata exclusivamente de eso, para nada. Menos aun cuando esos cambios son llevados al seno de la sociedad en general como propugnadores de un cambio de visión en cuanto a visión, misión, propósitos, objetivos, metas y valores de una organización, todo lo cual se corresponde con una evaluación sustantiva de lo que cada organización es y que se aviene en ellas de cara al futuro país, futuro sociedad, futuro mundo, futuro global y universal.

Sin la puesta a punto del aparato crítico interno, que empuje la renovación de ideas y toma de conciencia respecto al país, el mundo, la globalización y la universalización en clave de mataverso por decir lo menos, no hay perspectivas en cuanto a la siembra de nuevas esperanzas. La gente no se conforma con vivir, la gente, sin expresarlo e incluso sin proponérselo, desea existir. Existir por vía propia. Es lo que algunos manifiestan como el haberse desentendido del realidad que nos acogota. No, esa gente no está desprendida de los deseos y esperanzas de cambio y transformación del país.

Nuestra gente, a lo que no está dispuesta es a ser sucesiva y nuevamente engañada, lo cual se hace inmediatamente notorio en el discurso y hablar de alguna dirigencia política e incluso con caras nuevas pero pensamiento anclado al populismo de la medianía del tiempo en el siglo pasado. Los cambios han de ir más allá de lo  meramente interior en la estructura de las organizaciones políticas. Es necesario un cambio de mirada sobre la realidad y los aconteceres de Venezuela y del marco global universal. Lo que Edgar Morin[10] afirma corresponder al Planeta Patria.

Hay que generar esperanzas posibles en un mundo multipolar, en proceso de cambio horizontal y una sociedad en dinámica en términos de transformaciones verticales y transversales a profundidad. Una humanidad diferente, distinta, con sentimientos descubiertos, sin falsas posturas, amparada en el verbo que sin disimulos habla de frente y dice la verdad de las cosas, las llama por sus nombres sin subterfugios timoratos. La realidad de un mundo de lo humano en el que, los descubrimientos progresivos de la neurociencia nos hablan, ya no del cerebro triuno sino del cerebro con sus locus perfectamente localizados para tales o cuales actividades.

Es exigencia de la sociedad toda, un nivel de discurso y propuestas supra anecdóticas. De laboriosa construcción participativa, porque el  Estado no da para más. En el caso del estado Bolívar y de la región en general así como en el mundo del trabajo, cómo actuar ante el referente real y verdaderamente actual de las empresas de Guayana.

Esos espaciotiempo[11] sociales con anclajes económicos y fuente geográfico de lo espacio – territorial en lo  económico para el fomento del crecimiento y el desarrollo desde nuevas perspectivas y escenarios por construir. Nuevas visiones del país que han de operativizarse mediante nuevos modelos del hacer y quehacer humanos y societales. Espacios que topológicamente han de ser ganados y puestos al servicio del bienestar de bienestar tanto individual como colectivo, en libertad y democracia. Espacios que parten de la primacía de una humanidad en la que los seres humanos pierden temor a sus sentimientos y aprehensiones desnudando su bagaje íntimo e individual en tanto reservorios de su ser tal cual es, de sus propias verdades y sus necesidades de reconocimiento en el otro y del trabajo para el bienestar colectivo.

 

Ciudad Bolívar, 13 de agosto de 2022



[1] ASAMBLEA NACIONAL (1999) Constitución de la República Bolivariana de Venezuela con exposición de motivos. Conforme a la Gaceta Oficial N° 5.453 Extraordinario de fecha 24 de marzo de 2000. Vadell Hermanos. Caracas.

[2] REY Juan Carlos (España, 1936 – Venezuela, 2020)  Abogado y politólogo hispanovenezolano de dilatada trayectoria académica en la Universidad Central de Venezuela donde no solo obtuvo título de doctorado sino que además fue homenajeado y reconocido con el otorgamiento de la distinción de Doctor Honoris Causa por parte de la misma universidad. Autor de una importante obra escrita en la que figuran artículos de opinión, ensayos, libros y otras publicaciones.

[3] ORTIZ RONDON Bismarck (2022) Notas para el establecimiento de una nueva narrativa política en Venezuela. Documento en fase de elaboración. (Borrador). Ciudad Bolívar.

[4] MASLOW Abraham H. (2018)  A Theory of Human Motivation Texto en impresión bajo pedido IDB [Documento en línea] Solicitud desde el portal web https://www.todostuslibros.com/libros/a-theory-of-human-motivation_978-1-5154-2496-3#synopsis

[5] ROUSSEAU Juan Jacobo (1999) El contrato social Editado por el aleph.com [Documento en línea] Disponible en: https://www.secst.cl/upfiles/documentos/01082016_923am_579f698613e3b.pdf

[6] ORWELL George (2013) 1984 PANAPO. Caracas

[7] ASAMBLEA NACIONAL (1999) Ib.

[8] SUNIAGA Francisco (2012) Esta gente Random House Mondadori. Colombia

[9] CANOVA GONZALEZ Antonio, LEAÑEZ ARISTIMUÑO Carlos, GRATEROL STEFANELLI Giuseppe, HERRERA ORELLANA Luis A. y MATHEUS HIDALGO Marjuli (2015) La Neolengua del Poder en Venezuela. Dominación política y destrucción de la democracia. Galipan. Caracas.

[10] MORIN Edgar (y KERN Anne Brigitte (2006) Tierra-Patria Nueva Visión. Buenos Aires.

[11] MENENDEZ PRIETO Ricardo (2021) El espaciotiempo geográfico como dimensión social Monte Ávila Editores Latinoamericana. Caracas

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