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Farmacéutico. Profesor Titular en la UDO. Consultoría y Asesoramiento en planificación, organización y gerencia. Coaching. Políticas públicas. Estudios de especialidad, maestría y doctorado.

miércoles, 13 de enero de 2016

ELECCIONES PRIMARIAS 2016: GOBERNACION DEL ESTADO BOLIVAR


        ELECCIONES PRIMARIAS 2016: GOBERNACION DEL ESTADO BOLIVAR
ANALISIS Y EVALUACION DE ESCENARIOS
Necesidad de un discurso creíble y sustentable
Una introducción reflexiva: Las Primarias
En lo que respecta a una campaña electoral y sus posibles resultados, paro, concretamente un final favorable depende de varios factores. Uno de ellos y de gran importancia, el hecho del contenido y objetivos de  las elecciones primarias en tanto que ejercicio ciudadano y la selección de quien o quienes habrán de, no solo ganar las elecciones de diciembre de 2016 sino de cuál es el sentido y responsabilidad de sus compromisos ante la sociedad, asociados estos a sus verdaderas capacidades para el ejercicio del cargo al cual se postulan. La operatividad del proceso de elecciones primarias persigue el establecimiento del más amplio consenso de respaldo a lo que ha de ser la fórmula de la Mesa de la Unidad Democrática para nominar su candidato a la gobernación del estado Bolívar y lo diputados que habrán de integrar el parlamento regional, cuyos miembros también serán electos en esa oportunidad.
No se trata de “un acto de desconfianza en los partidos … sino de un acto de confianza en los ciudadanos”, “De los candidatos y partidos concurrentes cabe esperar conciencia de la responsabilidad, lo cual se traduce en juego limpio, mutuo respeto y un discurso constructivo, basado en un diagnóstico de la situación actual y una propuesta para superarla… Pero en la hora decisiva, el éxito depende de los ciudadanos.”[1] Esto significa que, desde la perspectiva constitucional se ofrece la posibilidad de que la población asuma su rol participativo y protagónico ante un hecho de tan alta significación, como lo es la selección del abanderado a la gobernación del estado Bolívar para el acto comicial de diciembre 2016, en el que también habrán de ser elegidos los diputados al parlamento regional.
Otro de los objetivos, es contribuir a la transformación del sistema político, lo que en términos coloquiales pudieras señalar como la forma de concebir y hacer la política venezolana en el siglo XXI y desde la acera del frente en contrario al sectarismo, militarismo y vertientes totalitaristas que intentan suplantar el modo democrático de vida y hacer político del país, una cuestión en la que, la aparición de rostros diferentes a la tradición histórico partidista mediante la aparición y oferta de oportunidades al liderazgo emergente, a lo largo y ancho del estado Bolívar.
Más adelante y ya en palabras del propio autor[2], las primarias permiten “Valernos del procesos para cambiar radicalmente la forma de hacer y entender la política … con la finalidad de no repetir el triste espectáculo de ver como un país que pudo ser, se quedó en oferta, proyección, visión caprichosa de inexpertos, obtusos y parceleros.”
Este preámbulo, permite invocar las posibilidades ciertas de que los partidos políticos y la denominada sociedad civil, logren alcanzar acuerdos de gobernabilidad real en los que, la prevalencia de la gerencia política a la vez gerencia eficaz, eficiente y productiva del sector público, concretamente en el caso de gobernaciones y alcaldías, permitan la postulación de ilusiones y capacidades “para la construcción del más importante proceso de transición”… yendo más allá de nombres para “proponer ideas claras, concretas. Anunciar a sus acompañantes, a su equipo multidisciplinario y declarar una férrea vocación de pluralidad en la selección de hombres y mujeres que junto a ellos darán vida a ese proyecto de reconstrucción nacional.”[3], que en este  caso concreto sería de reconstrucción regional.
Primarias y  Reglamento
En la medida que han evolucionado los procesos de elecciones primarias en al ámbito de la MUD, el Reglamento Electoral que rige cada procesos ha ido perfeccionándose, de tal manera que se genere la mayor cantidad de garantías posibles tanto para postulados como para electores, en cuanto a transparencia e igualdad de condiciones respecto a la participación. El Reglamento que ha regido para el acto comicial de 2015 establece algunas premisas que no estuvieron planteadas al principio, en el año 2012. Sin embargo cabe señalar que en el último, el correspondiente a las primarias del año 2015, se mantienen algunos aspectos que favorecen ciertos factores, particularmente los que disponen de respaldo económico propio ante otros que, aun reuniendo los requisitos exigidos para postularse o ser postulados y contando con cierto respaldo de la población electoral, no pueden hacer uso de este derecho ante la MUD por cuanto no disponen de los recursos económicos y financieros necesarios para ello, con lo que se establecen ciertos tenores de discriminación, tal es el caso de los recursos de esa naturaleza toda vez que el Reglamento, en el Capítulo I, DE LAS DISPOSICIONES GENERALES, numeral 7, señala que:  “Los candidatos postulados por partidos políticos y los candidatos postulados por iniciativa propia contribuirán a sufragar los costos de las elecciones.”
Salvo la crítica anteriormente señalad, es un hecho interesante en cuanto al establecimiento de la igualdad en cuanto a la participación de postulados en la contienda, el que se exija como se establece en el Capitulo VI, DE LAS POSTULACIONES, parágrafo único del Artículo 29 que: Parágrafo único: “No podrán postularse como candidato principal o suplente, los alcaldes, concejales y legisladores regionales o del Cabildo Metropolitano, que estén en ejercicio de sus funciones.”. Esta cuestión ha de mantenerse respecto al caso, tipo y ámbito de elección toda vez que de allí dimana la idea de igualdad en cuanto a la línea de partida, que señala el comienzo de cada proceso primario ya que si esa es una de las mayores criticas al gobierno actual y sus ventajismo electoral, es condición que ha de prevalecer en al caso de la MUD y las primarias para evitar las consecuencias de que algunos de los aspirantes detenten cargos en ejercicio, lo cual afecta la credibilidad acerca de la alternabilidad democrática, pilar fundamental del ejercicio ciudadano de la democracia ya que cada funcionario electo lo es por un tiempo y período previamente determinado y establecido en las leyes. Esto no  debe para nada impedir la posibilidad de que el interesado se postule sino que, ha de exigírsele que en caso de aspirar a  competir en primarias para la nominación a cualquier cargo de elección popular, lo menos que ha de hacer para competir con los otros u otras postulados o postuladas en calidad de igualdad, es renunciar al cargo que ejerce al cual ya no podría, obviamente retornar en caso de no alcanzar la victoria aspirada. Es una buena manera de frenar el oportunismo y paracaidismo que tanto daño ha hecho a la democracia venezolana como sistema  político.
Una consideración similar en tanto términos de prohibición, a de darse al hecho nepotista que lleva a que figuras del mundo político que ejercen cargos en el sector público, hagan postulación de familiares inmediatos para ocupar cargos en lo que, al hacerlo, niegan igualmente las posibilidades de acceso democrático y no por trastienda, de candidatos con derecho a participar en los diferentes procesos electorales de naturaleza popular. En ese sentido una condición necesaria es que, en lo sucesivo, todos los cargos, absolutamente todos los cargos de elección popular, en el caso de la Mesa de Unidad Democrática y obvio es, mientras se mantenga la Unidad, han de ser nominados al proceso electoral que corresponda como una acción y resultados consecuentes a procesos de elecciones primarias.
Como bien lo señala Luis Salamanca[4], a propósito de la reelección presidencial, pero extensible a todo procesos electoral en la Venezuela de estos tiempos, “el ventajismo electoral en Venezuela es complejo y… opera no solo material o financieramente, sino institucionalmente.” Cuestión esta que afecta el sistema electoral y las campañas electorales ya que “La democracia no es votar, sino votar con garantías… Un sistema no es democrático por el solo hecho de que la gente vote. Lo es porque la ciudadanía vota rodeada de un conjunto de garantías constitucionales, legales y reglamentarias que hacen del voto un acto democrático.”. Esto ha de ser de esa manera por cuanto “El ventajismo electoral en Venezuela va mucho más allá del simple aprovechamiento de los recursos del Estado para favorecer a un candidato determinado en unas elecciones… de suerte tal que el ventajismo electoral puede quedar definido “como la creación de condiciones favorables para el desempeño del candidato…” cuales quiera que ellas sean, saltándose las normas que intentan generar la igualdad en el punto de partida de la oferta de aspiraciones al poder político en el ejercicio de una auténtica democracia. Estamos obligados, en el camino hacia el fortalecimiento y relegitimación del democracia, a ser drásticos en estas cuestiones para evitar que en materia de ventajismo electoral, la competitividad electoral que de de lado ante apetencias que no hay razones para dudar, puedan ser inmiscuidas en nuestros procesos electorales de primarias, los cuales estamos obligados a fortalecer para luego hacerlo con el Consejo Nacional Electoral si es que finalmente deseamos que los procesos electorales venezolanos sean actos de conciencia cívica en manos exclusivas de ciudadanos probos, capaces de poner los intereses del país por encima de cualquier otra aspiración personal, grupal o partidista.
Los candidatos
Consecuentes con los principios y postulados establecidos en la Constitución de la República y las leyes que rigen la materia, todo venezolano en condiciones de ser elegible para un determinado cargo, tiene y está en pleno derecho de ser postulado, bien sea por iniciativa propia, grupos de electores o partidos políticos, e incluso por la sociedad civil.  Ahora bien, los resultados electorales del pasado 6 de diciembre han de ser comprendidos e interpretados por la oposición venezolana de una manera clara y determinante a los fines de establecer los perfiles más convenientes a los momentos electorales que están por venir en los 2016 (Gobernadores de estado y diputados a las Asambleas); 2017 (Alcaldes y concejales) y 2019 (Presidente de la República), habida cuenta de que nuevamente en 2020 el país habrá de elegir diputados a la Asamblea Nacional, a menos que se produzcan modificaciones legales por parte de la nueva Asamblea Nacional y se afecten estos lapsos o, que la dinámica política en general implique la ocurrencia de imprevistos que conlleven a la alteración de los mismos.
Este cronograma electoral es puesto en perspectiva para un análisis prospectivo necesariamente implícito en la recuperación, cambio y transformación del sistema democrático actual o lo que queda de él en la realidad de estos tiempos que transcurren, para avanzar al establecimiento de un sistema democrático y auténticamente ciudadano, donde el interés nacional se ubique por encima de todo interés particular, grupal o político que ha de quedar sujeto a las esferas individuales en contraposición al interés general de la población que ha de tener acceso a una vida de calidad donde la vida, la libertad y el libre albedrio sean las bases sobre las cuales se perfile una nueva realidad democrática a partir de ahora.
Por ello no solo es necesario dar satisfacción a la legitimidad de origen que se procura en las urnas electorales en primarias como parte del ejercicio de la participación y protagonismo de la población sino, posteriormente en los comicios que corresponda, en el ejercicio ciudadano de sus derechos al amparo del imperio de la ley en un verdadero Estado de Derecho. Por ello, la legitimidad de desempeño es un complemento imprescindible en la dirección de los  cambios que reclama el país, en un país que dice “Venezuela quiere cambio: Unidad”, y los  cambios comienzan por casa.
En consecuencia, si bien todos somos iguales ante la ley y todos los ciudadanos en condiciones de elegibilidad tienen derecho a postularse y ser electos para los cargos que de manera personal consideren, no lo es menos el hecho de que la UNIDAD, que ha de ser una UNIDAD SUPERIOR basada en libre albedrio pero sujeta al Estado de Derecho debe exigir de los aspirantes a cualquier cargo público de elección popular, en principio, y posteriormente habrán de incluirse los de libre nombramiento y remoción y así sucesivamente, repetimos cualquier cargo público de elección popular, un comportamiento ciudadano que si  no auténticamente perfecto, al menos una hoja de vida que descubra y sea fiel reflejo del perfil de cada individuo postulante por cuanto una república de ciudadanos no será posible alcanzar bajo la dirección de habitantes cuya probidad ética y desempeño moral no esté acorde con las necesidades de cambio y transformación del ejercicio político y la vida en democracia.
Valga señalar que no es ni nunca será lo mismo, un ciudadano que aun en la pobreza ha sido capaz de ejercer sus derechos y cumplir los deberes ciudadanos que un filántropo de la política cuya riqueza proviene de la estafa al Estado a través de la evasión y trampas a las leyes ó de la especulación, el daño a los menos favorecidos y la comunidad en general. Mejorar el desempeño de gestión política en el manejo de lo público, exige desempeño probo en el ejercicio de la ciudadanía. Esa ha de ser una premisa para la selección de candidatos que, obvio, también habrá de ser objeto de consideración en contexto de las necesidades políticas del momento sin perder de vista que el fin último es la construcción de democracia auténtica y verdadera dentro de un orden moral que permita la libre disposición de una ciudadanía sin mácula.
Es más, en el caso de postulantes que se encuentren activos en el ejercicio de un determinado cargo, o de aquellos quienes hubieron desempeñado alguno al amparo de su participación como integrantes de la Mesa de Unidad Democrática al momento de su postulación, han de presentar constancia de haber cumplido con al menos el setenta y cinco por ciento del contenido programático y otras normas de desempeño en el ejercicio del cargo, que aceptaron cumplir ante la MUD durante el tiempo en que ejercieron los mismos. Hay que dejar sentado que quien es electo para un determinado cargo, ha de dar cumplimiento al lapso para el cual fuera electo en el mismo como condición necesaria pero no suficiente, para dar curso a la postulación que se demanda al momento de aspirar a competir por la nominación. Igualdad ante la norma y alternabilidad son principios de la democracia que han de ser ejercidos en la práctica para reflotar el sistema político venezolano y liberarlo de oportunistas y mercenarios de la política. Se trata de dar curso definitivo al cambio y transformación del ejercicio de la política respetando lo político en la genuina expresión del respeto al poder originario que descansa en el ciudadano y que como tal, exige y ha de brindársele respeto. Acabar con la rebatiña política implica ampliar la unidad, avanzar hacia una UNIDAD SUPERIOR obliga a ceder espacios a la participación de la ciudadanía a través de la sociedad civil organizada. Trabajemos para lograrlo. Lo peor que nos puede ocurrir como colectivo social es no tener sueños y esperanzas, por tanto construyamos una nueva utopía política.


[1] AVELEDO RAMÓN Guillermo (2011) como prologuista de la obra escrita por YÁNEZ MONDRAGÓN Alfredo (2011). Primarias. Un ejercicio ciudadano. Fundación Estudios de Derecho Administrativo. Caracas. (pp. 8 y 9)
[2]YÁNEZ MONDRAGÓN Alfredo (2011). Primarias. Un ejercicio ciudadano. Fundación Estudios de Derecho Administrativo. Caracas. (p. 11)
[3] Ibid (p. 24)
[4] SALAMANCA Luis (2014). Venezuela el ventajismo electoral institucionalizado. En ALFARO PAREJA Francisco y VANOLLI Héctor / Editores (2014).  Campañas Electorales. Ventajismo y reelección presidencial en América Latina (pp.155 – 176). Colección Trópicos. Alfa. Caracas.

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