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Farmacéutico. Profesor Titular en la UDO. Consultoría y Asesoramiento en planificación, organización y gerencia. Coaching. Políticas públicas. Estudios de especialidad, maestría y doctorado.

lunes, 12 de febrero de 2018

Perder con Lorenzo o recuperar el país

La política es una cuestión muy seria
para dejarla exclusivamente en manos
de los políticos. Se trata de nuestro futuro
y el de las generaciones por venir.

Campaña electoral de 1958. Tenía diez años y asistía a mi formación primaria en el Colegio San José de Calasanz, regentado por los sacerdotes escolapios. En nuestro tiempos libres, Enrique, "Tatana" y yo subíamos hacia Vista al Mar, en la zona alta de Los Magallanes de Catia donde una señora cuyo rostro se me pinta lejano en el tiempo y la distancia, nos pagaba un real y nos daba el almidón y los afiches que habíamos de pegar como parte de la propaganda electoral de Wolfang Larrazábal, aspirante presidencial que enfrentaba a Rómulo Betancourt e iba apoyado, entre otros, por la tarjeta amarilla de URD.

Por decirlo de alguna manera fue mi primera experiencia en el activismo político. En lo emocional, por esos meses y en medio de la campaña, vi muy de cerca a Carlos Larrazábal, hermano del candidato, quien fue a visitar y recorrer el barrio procurando apoyo para Wolfang. Acudía rodeado de mucha gente, esquivando grandes zanjas abiertas por el denominado Plan de Emergencia, un manera de generar algún ingreso a la población a cambio de trabajar. Al menos tenían que hacer el aguaje pero no se les regalaba el salario, se lo ganaban aunque solo fuera con la asistencia. Y se lo ganaron porque, al menos en el barrio, hubo abastecimiento de aguas blancas, cloacas, alumbrado y calles de "macadán". Se hablaba de la última dictadura, la de Pérez Jiménez, caída luego del plebiscito que antecedió al derrumbe mes y media antes, el 2 de diciembre de 1957.

Viene al mundo en medio de los estertores iniciales de la democracia que pujaba por establecerse en Venezuela, de la mano de intelectuales y gente con conocimiento político de la realidad mundial de aquellos tiempos. Tiempos en los que USA apoyaba, propugnaba y protegía la instalación de dictaduras militares como alternativa frente a la posible instauración del comunismo en medio del “caldo de cultivo” que para su florecimiento bien ofrecían las condiciones objetivas de una América Latina económicamente menguada, socialmente solidaria pero con extraordinarias carencias en lo educativo. Venezuela, la excepción. El petróleo da para todo. Da para todo con una producción que llego a alcanzar los tres millones de barriles por día y hoy, en 2018, apenas llega a millón setecientos mil con tendencia a la baja.

Ese es el escenario a partir de hoy. Más aun, un escenario que agravara la situación socioeconómica de la población. El embargo petrolero viene, el gobierno no dispone de crédito, las empresas no disponen de materia prima, no hay medicamentos, no hay repuestos, no hay alimentos pero tenemos patria y más aun, tenemos un llamado a plebiscito presidencial para el 22 de abril, de manera un tanto similar a lo ideado por Fujimori en el Perú. ¿Cuál será el desenlace?. No tengo "bola de cristal" que permita visualizar el futuro. Solo hemos de atenernos a los referentes históricos que, si bien la historia no está sometida a leyes cíclicas, hay circunstancias a las que se denominan condiciones objetivas, en las que es posible la repetición de eventos cual réplica de un movimiento telúrico.

Hoy la unión de los venezolanos que se oponen a la realidad que padecemos, ha dado un paso adelante. Toca ahora organizarla y articularla en un movimiento único y unitario donde el objetivo es también único y unitario: Superar al régimen y restablecer la vigencia de las libertades, la democracia y el estado de derecho en el país. He hecho, hago y sigo haciendo mi parte en lo que me corresponde desde la perspectiva de la división del trabajo y, obvio, la edad que tengo. Continuo porque como canta Alí Primera, "mira que la lucha es larga" y lo ha sido. Sin embargo, hemos de tener presente que al final, siempre se impone la justicia y triunfa el bien sobre el mal. Siento que hoy, la oposición ha reconfortado al país, sigamos adelante... Dios concede la victoria a la constancia y la disciplina, como en su momento, bien lo indicara Simón. No se trata de ir a perder con Lorenzo, se trata de recuperar un país que es de todos, no importan el color con cuyos ideales se tiña el corazón.

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